Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
Iker Casillas fue otra vez determinante y mostró un nivel bastante similar al del gran portero que siempre ha sido. Paró los tres tiros a puerta que recibió, entre ellos un disparo a bocajarro de Carriço que ya cantaban como gol los sevillistas y que hubiese supuesto el empate a uno. Uno de sus famosos milagros que últimamente le costaba realizar. Pero el Casillas de esta noche ha sido de nuevo un portero capaz de salvar a su equipo cuando lo necesitaba.
Los otros dos tiros los repelió con seguridad. En la primera parte uno de Vitolo pegado al palo y, ya en los últimos minutos, un potente disparo frontal deKrychowiak. Además, también estuvo bastante seguro en las salidas por alto. Especialmente en el arreón final del Sevilla, en el que sacó varios córners seguidos y en todos salió de puños entre varios compañeros y rivales,sin fallar ni una sola vez.