Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
Florentino Pérez gastó 161,5 millones de euros en 11 fichajes después de que Del Bosque se marchara por la puerta de atrás del Real Madrid. Fue un periodo inestable que comprendió desde julio de 2003 y que desembocó en su marcha en febrero de 2006. La dirección deportiva pasó de Valdano en diciembre de 2004 a Arrigo Sacchi para acabar un año después en las manos de Benito Floro. Todo fue un caos. Cargos sin mando y Emilio Butragueño terminó como vicepresidente de la entidad.
El márketing, que en un principio ayudó a relanzar al club, acabó volviéndose en su contra. Florentino consintió actos de indisciplina: la celebración de un cumpleaños de Ronaldo nada más comenzar la temporada con Queiroz o la boda ficticia del brasileño en París, en febrero de 2005, a la que él mismo acudió como padrino. «Florentino es un ser superior», decía Butragueño sobre el presidente en el Foro Ferrándiz-AS de enero de 2005.
El club contrató a Owen (12 millones de euros), se desprendió de Morientes, mientras que Camacho quería a Vieira, Emerson y Carvalho. El inglés no vino con la condición de Galáctico, pero sí con un Balón de Oro en 2001 (que todo el madridismo reclamaba para Raúl). También fichó a Samuel por una cifra astronómica (25 millones) y a Woodgate (22), a pesar de varios informes médicos que lo desaconsejaban. «Fichar en diciembre es un signo de debilidad», sostenía el presidente antes de que en enero de 2005 trajera a Gravesen (3,5).
La campaña siguiente (2005-06) se realizaron siete fichajes. Sólo tres con venían con gran cartel: Sergio Ramos (27 millones), Robinho (25) y Baptista (24). Clase media con Diogo (6,5) y Pablo García (4,5). Y los fichajes invernales de Cicinho (7) y Cassano (5,5).
Una política de fichajes que no dio resultados. Sólo los Galácticos Figo, Zidane y Ronaldo le dieron títulos. Florentino interpretó que el fallo no fue echar a Del Bosque sino no fichar más jugadores. Por eso, intentó una ‘revival’ de Galácticos en su regreso, en 2009.