Redacción: Natalia Correa-Latribunamadridista.com / Imágenes: @europapress.es
La triatleta madrileña, Eva Moral, es una de las grandes bazas españolas de cara a los JJ. PP. (Juegos Paralímpicos) que se disputarán en Tokio 2021, una atleta que al igual que la mayoría de los casos que rodean al deporte inclusivo son auténticas batallas de superación, historias que rozan el dramatismo, la emoción pero a la vez que nos reflexionar a todos y a todas con el fin de ser cada día mejores personas y agradecer el tener una movilidad total en todas las partes de nuestro cuerpo.
La triatleta madridista es además de una de las grandes bazas españolas en los JJ.PP. de Tokio 2021, una excelente abogada, una profesión que lleva años desarrollando incluso antes del terrible accidente sufrido en 2013 que la hizo cambiar su vida que la dejó en sillas de ruedas pero no por ello, la impidió seguir haciendo lo que más la gusta, el motor de vida, el Triatlón.
Y eso que antes de comenzar con este deporte, Eva realizó como primera actividad física el ballet, tal y como ella misma confiesa «Por tradición porque cada vez que llegamos a una ciudad nueva a mi hermano le apuntaban a kárate o fútbol y a mí a ballet, tengo hasta tercero de danza clásica».
«Cuando empecé a estudiar la carrera no hice mucho deporte en mi primer año. Empecé aficionarme al atletismo popular e íbamos todos los fines de semana a una carrera. Al llegar a vivir en Valdemoro empecé a entrenar en el Trival Triatlon Valdemoro. Un día probé a correr otro a nadar y me encantó me ofrecieron meterme en una liga de clubes y no tenía ni bicicleta propia», prosiguió nuestra campeón paralímpica.
En una entrevista concedida a los compañeros de Europa Press, la triatleta madridista habló, sin tapujos, de su terrible accidente de 2013.
«Terminé la carrera y trabajaba de abogada. Era llegar a casa, quitarme los tacones y bajar a entrenar, pero un día en el 2013 me fui con una compañera hacerme una ruta por la sierra de Madrid, llegué de primera a recoger el dorsal me dieron el número 1. Bajaba el Puerto de la Morcuera y empezaba a chispear, bajando se me fue la bici me hice un recto y me di contra el quitamiedos y salté por encima del hasta caer 7 metros».
¨Mi miedo fue que nadie me fuera a encontrar y mi primera sensación fue que me había roto la espalda pero no tenía dolor. Llegó un helicóptero y me llevaron al doce de octubre y en la UVI me dijeron que la vertebra había seccionado la médula y no sentía nada desde el ombligo hacia abajo», matizó la deportista española.
Curiosamente, su mayor preocupación al enterarse de la imposibilidad de volver a caminar fue la salud de sus padres y saber si estaban fuera de la U.C.I. «Tras sufrir el trágico accidente, el médico le dijo que era casi imposible volver a caminar, tenía el concepto de que esta discapacidad iba hacerme una persona totalmente dependiente», finalizó Moral.