Redacción: Yahoo.es
Después de dos medallas de oro consecutivas, en Polonia 2009 y Lituania 2011, después de ser campeones del mundo en 2006 y de ser los vigentes dobles subcampeones olímpicos en Pekín 2008 y Londres 2012, jugar por el bronce en el Europeo de Eslovenia parece un reto menor, y nada más lejos de la realidad.
La selección española de baloncesto tiene un matrimonio perfecto con el éxito desde hace muchos años y en esta ocasión ha conseguido su octava presencia consecutiva en semifinales en un campeonato de Europa, una gesta casi imposible de repetir en un baloncesto cada vez más competitivo, con más países e igualado.
«Parece que las medallas las regalan«, dijo Alex Mumbrú, alero de la selección española. «Ahora parece poco un bronce, pero con el paso del tiempo tendrá su valor», añadió el base internacional José Manuel Calderón.
«El palo ha sido muy grande para todos, pero queremos la medalla de bronce para el equipo, el grupo, la Federación y el deporte español. La gente se dejará la piel», destacó el seleccionador Juan Antonio Orenga.
En la primera jornada del campeonato, España arrasó a Croacia por 68-40, en un partido en el que la defensa española fue la gran protagonista. Ahora ese partido servirá de poco. Croacia encadenó después ocho victorias consecutivas para convertirse en una de las revelaciones del torneo y caer sólo ante Lituania en semifinales.
Para Croacia ganar una medalla de bronce sería como tocar el cielo con las manos, pero el equipo español no quiere romper ‘su’ matrimonio y luchará por el, sin duda, noble metal.
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