Unai Emery, técnico del Sevilla, ha concedido una entrevista al diario El Mundo y ha alabado al Real Madrid y a Cristiano Ronaldo. También ha aclarado la polémica con Isco.
La esencia es su ambición: «En el Unai Emery entrenador ha habido una evolución, pero con una esencia que nunca se ha perdido. La esencia es dar siempre un paso al frente. Yo no nací entrenador, me hice. No nací con un apellido que me daba un lugar en la élite, sino que tuve que ganármelo. La esencia es mi ambición. Pero, en el juego, he aprendido a ser más pragmático. Eso significa encontrar el mejor perfil competitivo. En el Valencia siempre cumplí con los objetivos, pero me faltó lo que he aprendido en el Sevilla, saber combinar cuándo ir a por el rival porque eres superior, y cuándo equilibrarse cuando no lo eres».
Cariño a la afición: «Yo soy un entrenador de pie de campo, de ciudad deportiva, de trabajar y trabajar. No soy un entrenador que me ofrezca mucho a la calle. Mi éxito no es caer mejor o peor, sino mi trabajo. Y los resultados están ahí. También me esfuerzo en mejorar mi empatía. Pero digamos que, en ese sentido, soy un entrenador plano. Mestalla nunca se posicionó en mi contra. Y el Sánchez Pizjuán tampoco».
Le gustan los partidos con goles: «Podríamos hablar del Barcelona, claro. Pero por poner otra referencia cercana, le diré que el Deportivo campeón de Liga. Un equipo ofensivo, brillante y competitivo. Yo prefiero ganar 5-4 que 1-0. Sé que el fútbol es un juego muy serio, pero que nos debemos al aficionado; y los aficionados quieren goles, equipos alegres, vivos, enérgicos. Creo que, en el Sánchez Pizjuán, mi Sevilla es así».
Cristiano Ronaldo y los centrocampistas del Madrid: «Cristiano, solo, es capaz de ganar un partido. Evidentemente su presencia condiciona mucho el juego. Cuando falta, el Real Madrid tiene que buscar otras alternativas colectivas, que hacen que las sinergias afloren. Pero está claro que si te digo que prefiero que Cristiano Ronaldo juegue, te estaría mintiendo».
Carlo Ancelotti: «Tengo una definición propia, que es la de top élite. Nosotros somos top, y el Madrid, el Barcelona y ahora el Atlético son top élite. Ancelotti lo ha sido como jugador y como entrenador. Me gusta cómo gestiona a sus estrellas y cómo juega al fútbol».
Iago Aspas: «El mensaje era: usted es importante para el equipo. Va evolucionando, tras un año sin jugar en el Liverpool. El otro día fue la primera vez que reconocimos a un gran Iago Aspas. Trabaja muy bien, dentro del grupo es muy querido y ayuda al entrenador. Los episodios insurrectos van en su carácter, pero son nobles. Quien lo conoce, lo sabe. Esa rebeldía positiva la quiero yo muchas veces en los jugadores. Prefiero eso a quienes se apartan».
Deulofeu: «A todos nos cuesta ponernos en el lugar de los jugadores. ¡Y Gerard sólo tiene 20 años! Su maduración necesita un proceso. En los partidos, podemos ver una jugada que nos levante de los asientos y otros 20 minutos sin constancia ni intensidad. Debe ser productivo sin ser él el único protagonista».
Isco: «A Isco lo hice debutar yo. Con 17 años entrenaba con el Valencia. Me reuní con sus padres para fijar un itinerario para que se asentase. Yo sabía que en dos años se estabilizaría en el primer equipo. Pero le llegó una oferta del Málaga, de su ciudad, consideró que no le había dado todos los partidos que merecía y se fue. Por supuesto que me esperaba esa evolución de Isco, de hecho fui yo quien le catalogó como el nuevo Silva. Es cierto que su salida se accidentó, y hubo un interés en ponerme en su contra. En mi libro (Mentalidad ganadora) hablé de cómo tenía que controlarse el peso de joven para no descuidarse. Lo hice de manera positiva, y se interpretó que le llamé gordo. Me alegro de cómo le ha ido. Ahora es una de las referencias del fútbol español».