ELIMINATORIA ENCARRILADA CON UN JESÉ DE DULCE

Crónica-Redacción:Noelia Pinto Cervero-Santiago Bernabéu-Latribunamadridista

El Real Madrid se impuso a Osasuna en la ida de los octavos de final de la Copa del Rey (2-0) gracias a los tantos de Benzema y Jesé, y se adelanta en la eliminatoria a falta del partido de vuelta que se celebrará la semana que viene en el estadio de El Sadar.

A pesar del resultado, no fue un partido sencillo para el conjunto blanco. Al menos hasta el descanso. Las dos partes que dividen al partido esta vez sirvieron también para ver dos versiones del Madrid. La primera más espesa y la segunda, al menos en su primera media hora, algo mejor. La irregularidad que está definiendo al equipo de Ancelotti se esquematizó en los 90 minutos de este partido.

De inicio, el técnico italiano decidió alinear de titular a Jesé en detrimento de Isco. Jesé lleva un mes llamando a la puerta de la titularidad y Ancelotti se la decidió abrir en la Copa. Y el canario la aprovechó. En los 70 minutos que estuvo en el campo (se fue lesionado), Jesé se mostró muy activo sobre todo partiendo desde la izquierda. Para redondear su noche hizo un gol, el segundo, en una jugada que deja entrever muy a las claras que aparte de calidad, desborde y velocidad tiene instinto de gol.

La alineación de Jesé dejó al equipo blanco sin un ’10’ en el campo en el esquema 4-2-3-1. Sin esa referencia en la media punta y sin Xabi Alonso le costó trenzar el juego con la fuidez de otros días. Sin dos de los socios que mejor le entienden, Luka Modric no encontró con quién elaborar el juego. A la posición de ’10’ caían intermitentemente los cuatro de arriba, pero ninguno de manera excesivamente efectiva.

A pesar del mal juego de los primeros 45 minutos, el Real Madrid consiguió llegar al descanso por delante en el marcador. Los blancos tiraron de recursos y sacaron el del juego aéreo. Benzema cabeceó de manera poderosa un gran balón de Modric al saque de una falta. No son esas acciones el fuerte de Benzema, pero el francés esta temporada esta empeñado en derribar falsos mitos sobre él.

Para que conste en acta, no todos los problemas del Madrid fueron demérito suyo. Osasuna tuvo mucha parte de culpa del atasco ofensivo blanco de la primera mitad. Javi Gracia no se arrugó y no se encerró atrás. El técnico osasunista trazó la línea defensiva más cerca del centro del campo que de su área. Y su equipo lo agradeció.

Tras el descanso, el Real Madrid creció en su juego. No fue una exhibición pero sí que encontró más fácilmente el camino a la meta de Riesgo. Antes y después de 2-0 fueron varias las oportunidades que generó el Madrid. Muchas de ellas salieron de las botas de un Gareth Bale que a sus virtudes ya conocidas está añadiendo cada vez con más frecuencia el golpeo con el exterior de la pierna izquierda. Aunque no marcase, el británico realizó un notable encuentro.

El Madrid encontró a través de las bandas lo que no podía generar por el medio. Pero no consiguió sentenciar la eliminatoria. No lo hizo porque Cristiano cerró el último encuentro en el Bernabéu antes de la gala del Balón de Oro sin marcar. Al portugués le faltó ese poco en sus oportunidades que no suele faltarle.

Las entradas de Isco, Morata y Casemiro (éste muy al final) tampoco ayudaron a cambiar el panorama, con lo que entre el mal juego de la primera parte y las ocasiones falladas de la segunda, el Madrid encarriló la eliminatoria pero no la consiguió sentenciar. La semana que viene, en El Sadar, se dictará sentencia.

About admin