Un triunfo muy trabajado de los blancos, 78 a 72, pone el 1-0 en la final ante el Barcelona.
Redacción: Irene Sastre
No era un partido fácil. Pero eso ya lo sabían los jugadores madridistas mientras se preparaban para el primer choque de la final ante los azulgranas. Un gran trabajo en equipo, con Rudy (17 puntos y 21 de valoración) a la cabeza, y una defensa asfixiante, dieron la primera victoria de la final de la ACB a los merengues.
Abrió los primeros minutos el Real Madrid con un ataque muy fluido, intenso defensivamente. El equipo blanco exhibía un buen juego interior con Ayón y Reyes, que se mostraban muy activos en el rebote. El Barcelona acusaba la defensa blanca en pérdidas de balón en ataque y su interior sufría por la falta en pista de Tomic y Lampe que acumulaban cada uno dos faltas en los primeros minutos. Los chicos de Laso terminaron este primer asalto muy acertados desde la línea de tres, 27 – 20.
En el segundo cuarto la situación no varió prácticamente nada. El Madrid continuaba con ataques rápidos y el cambio de hombres en el juego interior, formado por Nocioni y Mejri, no supuso ninguna bajada de intensidad en defensa. Los merengues se mostraban totalmente compenetrados, superiores en rebote. Carroll desplegaba todas sus armas frente a un Oleson que esta vez no fue capaz de frenarle. Los blancos se marcharon al descanso con un 47 – 40 en el marcador.
A la vuelta de vestuarios, las defensas fueron las protagonistas. Ambos conjuntos desplegaron toda su intensidad en este apartado, lo que se traducía en un juego ofensivo muy espeso. El Madrid no terminaba de despegarse en el luminoso, lo que aprovechaban los culés para acercar distancias, pero nunca empatando el partido.
El último cuarto parecía que iba a mantener el mismo guion, hasta que los blancos consiguieron romper la defensa del Barcelona y se situaron a más de diez puntos a falta de 4 minutos. Parecía que los de Laso ya lo tenían hecho, pero llegó Mario Hezonja (18 puntos) para recordar que delante no tenían a un equipo fácil de ganar. Se mostraba intratable el azulgrana desde la línea de tres puntos, y aprovechando los fallos de cara a canasta de los madridistas, el Barcelona recortó distancias. Pero en el último minuto, tras varias pérdidas de balón por parte de los culés, los merengues se colocaron a seis puntos que gestionaron perfectamente hasta el pitido final. Un triunfo que les acerca un poco más al poker de títulos.