El precedente de jugar en Nochevieja es malo para Madrid y Barça

Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla/Latribunamadridista.com

La bochornosa organización de la RFEF y la LFP ha llevado a modificar en menos de un mes y antes de empezarse el propio campeonato de liga, el calendario liguero en tres ocasiones, la tercera, en el día de ayer, con el beneplácito de la AFE que ha aceptado que la jornada 17ª, prevista para el 2-3 de Enero se juegue entre semana, la última semana del año, en concreto, el martes 30 y el miércoles 31 de diciembre, con el fin de recortar los plazos del final de la liga y que la selección española que en teoría, jugará la Eurocopa 2016 de Francia, tenga más tiempo para preparar dicha cita continental.

Sin embargo, los precedentes no son nada halagüeños para los dos grandes del fútbol español, el Real Madrid y el Barcelona que ya saben lo que es jugar y perder, además, en sus respectivos feudos, un 30 de diciembre.

En el caso de los madridistas ocurrió en el año 1990, el 30 de diciembre de 1990, en una irregular temporada 1990/91, la primera de la decadencia de la mejor generación de canteranos de la historia del Real Madrid, la » Quinta del Buitre» que además, fue el inicio del éxito del » DreamTeam culé» de Cruyft.

Así, Osasuna sacaba los colores al Madrid y con un hat trick de Jan Urban y un tanto de Larráinzar ya en la segunda mitad noqueaba al Madrid (0-4), en lo que era la primera derrota madridista en el Bernabeu.

EL BARCELONA CAYÓ DOS AÑOS ANTE EL SEVILLA EN EL CAMP NOU

Dos años antes, en 1989, el Barcelona cayó en el Camp Nou, en un partido loco y cargado de goles ante el Sevilla, un partido que comenzó con buen pie para el Barcelona, con un gol de Bakero en el minuto 1′ (1-0). Sin embargo, ese día comenzaría el festival Polster que empataría el partido (1-1), con un gol de penalti.

Julio Salinas haría el (2-1) y Roberto, el tercero para los culés pero un nuevo tanto de Polster, de penalti, polémico penalti señalado por Brito Arceo ( un árbitro imparcial pero cargado de errores), hizo el (3-2)  y desquició a un Barcelona algo que 25 años después, perdura ( último ejemplo, Piqué, en la vuelta de la Supercopa de España ante el Bilbao, insultando al árbitro y siendo lógicamente expulsado), logrando el Sevilla,  en ese mágico 30 de diciembre de 1989, dos tantos manos, obra de  Carvajal y de Conte (3-4).

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