EL MILÁN DE ANCELOTTI SE UNIÓ CON EL SEVILLA AL LUTO POR ANTONIO PUERTA

Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista

La Supercopa de Europa vivió su edición más triste el 31 de agosto de 2007. El Milán de Ancelotti doblegaba al Sevilla de Juande Ramos por 3-1, en un partido en el que el fútbol fue lo de menos, ya que en el aire pesaba la ausencia de Antonio Puerta, fallecido tres días antes.

Lo que debía haber sido uno de los veranos más ilusionantes para el Sevilla, que había competido la Liga anterior hasta la última jornada, ganado la UEFA y la Copa, y entrado en la Champions, se convirtió en un infierno por la irreparable pérdida del que fue bautizado como “la zurda de diamantes”.

El Milán estuvo a la altura. Brazaletes negros, nombre de Puerta en todas las camisetas, detalles de Kaká y Seedorf en sus sustituciones, entrega de la afición rossonera a la sevillista de una pancarta en recuerdo de Puerta, celebraciones moderadas… Señorío, en definitiva, el demostrado por el cuadro de Ancelotti en una noche en la que el Sevilla y el sevillismo aún no sabían muy bien dónde y cómo estaban.

Orgullo. Y eso que el Sevilla sacó fuerzas de flaqueza e incluso se adelantó en el marcador, pero el partido se le hizo excesivamente largo. Mañana, los de Nervión y Ancelotti vuelven a cruzar sus caminos. La lluvia puede ser lo único en que se parezcan la noche galesa a la monegasca de hace ocho años. No habrá tristeza, será una fiesta y el señorío es intrínseco a los contendientes.

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