Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
Conjura, motivación, ganas de estar en semifinales, por el Madrid, por la afición pero, sobre todo, por Luka Modric. Ese es el sentimiento que recorre el vestuario merengue a dos días de jugarse el pase a la penúltima ronda de la Liga de Campeones contra el Atlético de Madrid. Modric merece una dedicatoria especial. No habría mejor ‘regalo’ que ganarle este miércoles a los del ‘Cholo’ Simeone.
Sin duda, la lesión del croata ha sido un golpe bajo para la plantilla. Todos y cada uno de los jugadores le consideran clave, un jugador casi irreemplazable en el centro del campo. Pero esta plantilla está decidida a hacer de la necesidad virtud. Sin Modric, y también casi seguro sin Bale, el Real Madrid quiere volverse más fuerte, voraz y ambicioso. Sin tanta calidad y fútbol en la medular, al equipo no le queda otra que echarle ‘bemoles’ al asunto.
No está siendo el año del croata; primero, un arrancamiento muscular le tuvo 4 meses fuera de los terrenos de juego y, ahora, cuando ya había recuperado el tono, ha llegado un maldito esguince de rodilla que le tendrá fuera de los terrenos de juego unas seis semanas. A Modric se le ha terminado la temporada aunque todavía podría reaparecer en el partido más importante del año.
Ni más ni menos que en la final de la Liga de Campeones, final que se disputa el 6 de junio. Allí quieres estar el Real Madrid, con Modric recuperado. Pero para conseguirlo, el vestuario saldrá a muerte contra el Atlético. Quieren estar en semifinales. Luka Modric se lo merece. Los jugadores quieren dedicarle un triunfo que desataría la euforia en el madridismo.