Redacción: Álvaro Quetglas/ La tribuna madridista
El Santiago Bernabéu volvió a escuchar el himno de la Champions y con él el Real Madrid demostró que tiene algo especial con esta competición. Fue un gran estreno del conjunto blanco ante la Roma, que no pudo hacer nada ante el fantástico encuentro que propusieron los hombres de Lopetegui. Todo le salió bien al Madrid, fue la noche soñada. El conjunto merengue dominó el choque de principio a fin, y eso que el primer gol tuvo que llegar al filo del descanso. Isco transformó de forma sensacional un lanzamiento de falta al borde del área, que hacía justifica al dominio abrumador de los locales.
Ya, en el segundo tiempo, el Real Madrid siguió siendo el claro protagonista del choque. Gareth Bale marcó el segundo de la noche, en una jugada donde el galés demostró que, con espacio para correr, es el mejor del mundo. Bale fue letal y colocó en la red el balón cruzándoselo al guardameta de la Roma. Con ya una ventaja de dos goles, el equipo merengue certificó y dejó prácticamente sentenciado el choque, por si podía haber alguna duda. Con el 2-0, le tocó el turno a Mariano. El último fichaje del equipo en el pasado mercado veraniego re-debutó de blanco y no pudo ser mejor. Mariano, que jugaba sus primeros minutos con la camiseta del Real Madrid esta temporada, marcó un tremendo gol desde fuera del área, del que nada pudo hacer el guardameta del equipo italiano.
El Real Madrid debuta de forma extraordinaria en esta Champions. Tres goles a favor, ninguno en contra y los tres primeros puntos de la fase de grupos que sitúan al conjunto de Lopetegui ya líder de su grupo desde la primera jornada. Aún queda mucho camino por recorrer, pero el nuevo Real Madrid de Lopetegui comienza a ilusionar a la afición.