El acto miserable de privarnos la libertad

Opinión: Kelia Vidarte/LaTribunamadridista.com

Hoy no escribo estas líneas para hablaros de mi pasión madridista, hoy escribo para rechazar, repugnar y mostrar mi indignación ante la barbarie ocurrida este viernes 13 en los Atentados de París. Los ataques reinvidicados por el grupo yihadista ISIS en los que han sido asesinadas 127 personas inocentes te congelan el alma, te provocan ese miedo por el acto miserable de privarnos la libertad en un Estado de Derecho. Suena algo ilógico que la ciudad de la libertad, la ciudad que promovió la declaración de los derechos humanos esté ahora manchada de la sangre de vidas inocentes, de gente libre. 

Este acto de guerra al corazón de la humanidad es el odio en su estado máximo, un acto depravado disfrazado de una «religión» llevada al extremo. Una deshumanización en su estado máximo, que ha maquillado Francia con escenarios del horror. Uno de los peores ataques en Europa, un golpe del Yihadismo. Nos despertamos con las imágenes y escenas de dolor en las calles vacías de París, impactos de bala en las ventanas de Le Carillon, un París que ha amanecido asediado por un gran despliegue de seguridad para prevenir nuevos atentados. Lágrimas como las de una mujer que llora a la puerta de ‘Le Petit Cambodge’, uno de los escenarios de los ataques terroristas. 

Es increíble el daño que nos hacemos entre nosotros, entre seres humanos, la vida es uno de los regalos más grandes que tenemos y es muy triste saber que estamos al filo de un acantilado en cada momento, en cada segundo, que cualquiera está expuesto a que atenten contra su vida y que no puedes vivir en paz, ni disfrutar cada segundo de libertad como persona. Hay un lado oscuro que acecha en cada momento y que tú no tienes las armas ni la conciencia suficiente para poder defenderte, eso es lo triste que corres el riesgo de vivir el horror en cualquier momento sin toma de decisión.

Pero las ofrendas y los gestos son la otra cara de la moneda. Ofrendas florales y velas de pie como las de la entrada al restaurante Carillon, en París. Los distritos 10 y 11 de la capital y los aledaños del estadio de Saint-Denis que se han convertido en el escenario donde familias de las víctimas realizan una ofrenda floral y ponen velas en el suelo. Es increíble como el ser humano puede estrechar sus manos y como la cooperación sale a la luz, quizás porque sabemos que podíamos haber sido esas víctimas inocentes. Me impresiona la valentía del pueblo francés para desafiar el miedo, sobre todos los cafés que han abierto para turistas y vecinos, como un grito de protesta frente al odio y la barbarie. El grito de aficionados franceses abandonando el estadio y entonando la Marsellesa «¡En Macha, hijos de la Patria,, ha llegado el día de la gloria!» demostrando su repulsa a los actos terroristas. 

Pero sin duda lo que me emocionó fue aquel pianista que llegó en bicicleta y que improvisó en la puerta del teatro Bataclán,uno de los himnos de John Lennon ante la mirada de un improvisado público. » Imagine» que llega al corazón del ser humano en un momento en que las letras de esta canción simbolizan mucho lo que algún día quisiéramos hacer realidad. VIVIR LA VIDA EN PAZ.

«Imagine there’s no country, It isn’t hard to do, Nothing to kill or die for And no religion too, Imagine all the people Living life in peace» (Imagina que no hay países, No es difícil hacerlo, Nada por lo que matar o morir, Ni religiones tampoco, Imagina a toda la gente, Viviendo la vida en paz ) 

https://www.youtube.com/watch?v=GD5vYwr27zA}

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