El partido de hoy ha servido para demostrar que el Real Madrid de esta temporada, desgraciadamente, tiene dos caras.
Por un lado está la de la Liga, donde el conformismo es la tónica dominante, dónde una derrota contra el Gerona es un mal menor porque queda mucha competición. Y no es así. En nuestra liga tres puntos son la diferencia entre grabar tu nombre en el torneo o ser el primero de los perdedores. Y esa cara de ha visto esta noche entre el minuto treinta y el sesenta. Jugando a nada, plano y sin ganas, como si el 2-0 parcial fuera suficiente. Y así ha pasado, que han empatado.
En el lado opuesto está la cara de la Champions, en la que da igual el resultado que se va a apabullar al contrario sea el que sea el marcador. Así ha sido en la primera media hora de juego y desde que el perito se ha torcido con el empate. Un equipo con ganas, con actitud, jugando con las ideas claras y al ataque sin dejar que el contrato tenga posibilidades de generar el más mínimo peligro.
A mí, personalmente, me gusta más la cara Champions, que es la que creo que debería mostrar siempre, porque jugadores y calidad tiene de sobra para hacerlo. El tema está en que éstos tengan ganas de mostrarla en todos los partidos.
HALA MADRID Y NADA MÁS.