DIEZ AÑOS DE BECKHAM,EL MÁS GRANDE DE LOS GALÁCTICOS

Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista

El 17 de junio de 2003, el Manchester United y el Real Madrid hacían público el traspaso de David Beckham al club blanco tras un día de locos en los despachos del Bernabéu. En realidad, fue una operación de locos, la tercera de similar calado ejecutada por Florentino Pérez y su equipo en tres años, con una dificultad añadida: el Manchester United había llegado a un acuerdo con el Barça, pero el jugador prefirió al Madrid. El Barça de Joan Laporta acabó fichando a Ronaldinho, al que también cortejaron los blancos. El tiempo dejó claro qué apuesta fue la ganadora.

Beckham, como Ronaldo, tuvo, un debut soñado con el Madrid. Marcó ante el Mallorca en la conquista de la Supercopa de España ante el Real Mallorca. Fue el primer y último título del Madrid de Carlos Queiroz, que tras dos tercios de temporada excelentes se hundió con todo el equipo en el tramo final del curso, tras las derrotas en la final de Copa ante el Real Zaragoza (3-2, con un gol de Beckham de libre directo, especialidad de la casa) y, sobre todo, el K.O. en cuartos de la Champions ante el Mónaco de Fernando Morientes. En Liga, ocho puntos de ventaja se evaporaron en favor del Valencia de Rafa Benítez.

Tras esa campaña, el Madrid entró en deriva deportiva e institucional. Ni con Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham ni Owen volvió a funcionar un equipo que cerró su cosecha de títulos con aquella Supercopa de 2003 y en el que Beckham ofreció siempre una producción más industrial que brillante. El ‘glamour’ lo dejaba para su vida fuera de los terrenos de juego. Curiosamente, el Bernabéu, habitualmente reacio a este tipo de complementos, siempre apreció su implicación, su estajanovismo y su profesionalidad. Y, por supuesto, una bota derecha que nunca sirvió para driblar, pero sí para envolver jugosos caramelos.

Después de tres cursos nefastos y en blanco, su mejor campaña llegó en la 2006-07, pese a que Fabio Capello llegó a apartarle de equipo después de que el futbolista anunciara su intención de no renovar y fichar por Los Angeles Galaxy para «ser un medio actor», Ramón Calderón dixit. El veto duró un mes, hasta que el italiano se dio cuenta de que las ‘bananas’ del 23 eran necesarias para ayudar al equipo en su agónico intento por remontar la desventaja liguera respecto al Barça. El Madrid lo logró en la última jornada, con Beckham titular pero lesionado. Por él salió Reyes, esencial en la victoria ante el Mallorca, curiosamente el mismo club ante el que se abrió el ciclo de Becks de blanco, con otro título, el de Liga, y el cariñoso tributo del Bernabéu.

Becks ayudó, básicamente, a incrementar el potencial de márketing del club -que recaudó unos 500 millones de euros por este concepto durante sus cuatro años en el club, según Forbes-, pero la grada siempre apreció su derroche. El mismo que siguió mostrando hasta que, hace dos meses, anunció entre lágrimas su retirada del fútbol activo después de 21 años de carrera.

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