Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
Di María quiere marcharse del Real Madrid. Siente que sigue sin ser un jugador valorado y ha pedido ser traspasado. El Mónaco, el PSG, el City, el United y la Juventus le quieren y el club blanco estaría dispuesto a venderle por 50 millones de euros. El que más interés ha mostrado es el Mónaco. Justo donde juega James Rodríguez, que podría llegar al Madrid como su sustituto. Es el jugador revelación del Mundial y estaría encantado de fichar por el club blanco. Para el colombiano sería cumplir un sueño, incluso podría coincidir con Falcao si el Madrid también cierra su contratación. A los tres futbolistas los representa Jorge Mendes.
Di María, hace unos días, ya dejó caer sus intenciones: “Aún no sé si me quedaré en el Madrid. Estoy contento, pero veremos qué es lo que ocurre”. Y ayer sorprendió con sus palabras sobre Messi en una entrevista: “Es el mejor del mundo. Lo que hace él no lo hace nadie”. Ese menosprecio implícito a Cristiano, actual Balón de Oro, parece una clara estrategia para forzar su salida.
Que se quiera marchar viene de lejos. En diciembre ya propuso salir al verse relegado por Bale. Eugenio López, su representante argentino, dijo entonces: “Ahí hay un tema presidencial. No quiero hablar”. El Madrid le dijo que no saldría y el Fideo se enfadó. “Si no está contento, tengo mi despacho abierto”, dijo Ancelotti entonces. Fue el italiano quien recuperó su mejor versión e hizo un final de temporada brillante. Contaba con él para la próxima temporada, pero Di María no quiere seguir en el campeón de Europa.
Fue el sexto madridista con más minutos en la 2013-14
Di María acabó la temporada como el sexto madridista con más minutos jugados (3.742). El pasado verano, ante la llegada de Bale, el Madrid le quiso vender y él se negó convencido de que le ganaría el pulso al galés. Pero se vio superado por él (cuando el físico se lo permitía), el Bernabéu le pitaba y llegó a hacerle varios desplantes a Ancelotti (fue sustituido en Xàtiva y se fue al vestuario sin mirar al técnico) y al madridismo (su famoso “acomodo”). Pero Ancelotti barajó con buen sentido estos desafíos, reubicó a Di María del extremo derecho a la media y enchufó a un jugador que acabó siendo uno de los más destacados en la conquista de la Copa y la Décima.