REDACCIÓN: JORGE GÓMEZ-MANZANILLA/TRIBUNAMADRIDISTA
26 de febrero de 2013, fecha imborrable para la historia de los madridistas, el día que el Madrid de José Mourinho firmó, a mi juicio, el «mejor partido de la era del luso como técnico madridista», un encuentro sencillamente perfecto, superior incluso a la final de copa de Valencia de hace dos años, con aquel cabezado de Ronaldo en la prórroga, a la victoria liguera del año pasado por (1-2) en el Camp Nou que sentenció la liga ya que el triunfo de hoy puede suponer (debe suponer), en boca del director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño, un «punto de inflexión» a favor del Real Madrid de cara a dicha final de copa del 18 de mayo bien ante Atlético de Madrid bien ante Sevilla y sobre todo, de cara al sueño de lograr la décima Copa de Europa.
Además, el éxito del Madrid es por ende, el fracaso del Barcelona que con la marcha de Guardiola, los desafortunados abatares del destino por la trágica grave enfermedad de Tito Vilanova, su substituto en el banquillo, y la imagen de Jordi Roura, más «Boixos Nois» que entrenador, más proclive a ensuciar la deportividad predicada estos años por Guardiola en dos clásicos ante el Madrid donde hemos visto la peor versión de Messi (desquiciado tanto en Madrid como en Barcelona, tanto dentro como fuera del campo), como un Rossell que atacó indiscriminadamente al árbitro y un Roura, al que le queda enorme el traje de entrenador de un club tan prestigioso y tan importante como el Barcelona. Sin duda, fuera de la copa recibiendo un baño del eterno rival en el Camp Nou (1-3), con pie y medio fuera de la champions tras recibir hace apenas una semana otro baño esta vez, en San Siro ante el Milán por (2-0), el otro grande de Europa junto al Madrid ponen a un Barcelona, regular eso sí en la liga, muy contra las cuerdas y con un pobre balance de obtener un título liguero y perder ya sin remisión, dos títulos esta temporada a manos del Madrid de Mourinho, la Supercopa de España 2012/13 y ahora la Copa del Rey 2012/13 en lo que puede decirse que es un clarísimo » fin de ciclo del mejor Barcelona de la historia».
Por el contrario, la grandeza del Madrid está aún por llegar, una grandeza que ha podido renacer esta noche en Barcelona y que mete de lleno a un Madrid, muy irregular en liga pero soberbio en copa y puede que en champions, ya que al igual que sucedió con la séptima, la octava y la novena, una mala fotocopia en liga se impregnó de color en las grandes citas, como las de hoy en Barcelona, esas que tanto gustan al madridismo y que han hecho de nuestro club, el mejor de la historia del fútbol.
En dicha gloriosa historia del fútbol está y estará Cristiano Ronaldo, un «Superman del balompié», un «matador del área», ejemplo de fuerza física, técnica y mental, «destructor del área» que con sus dos dianas de esta noche ha logrado meter al Madrid en la segunda final de copa en apenas dos años además, logrando superar a su gran rival, Leo Messi, en una nueva clasificación, la de goles marcados en clásicos consecutivos, habiendo CR7 marcado en los seis últimos clásicos disputados además, en el Camp Nou.
Junto a Ronaldo, autor de un doblete, el mérito de todo el colectivo, remarcado en la improvisa e inusual, rueda de prensa dada por el capitán, Iker Casillas, en lugar de por José Mourinho o Aitor Karanka, perfecto tanto anímico, como física como tácticamente ha sido clave para que otro de los grandes protagonistas de la eliminatoria, el joven central francés, Raphael Varane, se haya confirmado ante el planeta como uno de los mejores defensas del mundo, un jugador que sólo de futuro sino ya de presente que forma la mejor pareja de baile de zagueros madridistas junto a Sergio Ramos, un Sergio Ramos que al igual que Varane llegó en el lejano 2005/06 a la primera plantilla del Real Madrid con apenas 18 años y en poco tiempo, se convirtió en un fijo de la defensa merengue.
Por último, no quiero olvidarme además de José Mourinho y su acertada alineación con Xabi Alonso y Khedira en el doble pivote, Di Maria-Özil-Cristiano por delante e Higuain como merecido «9» del equipo, del «mago» Özil, portentoso durante todos los minutos que estuvo sobre el césped, demostrando que cuando se encuentra en óptimas condicione es capaz de haber bailar al mejor Real Madrid sobre el recinto culé, el Camp Nou y ante el mejor Barcelona de la historia.
Al igual que hace un año, una alineación muy similar de Mou en el Camp Nou en liga terminó de rematar el título liguero y defenestrar al Barcelona de Guardiola al igual que hoy ha hecho con el Barça de Jordi Roura, un amateur entrenador muy lejos del nivel que tiene la plantilla que trata de dirigir y de Sandro Rosell, otra fotocopia de Joan Gaspart, más violento, más independentista que pacífico y tolerante con su país, España, el mismo país al que representa en la Champions League y en el que juega tres competiciones, Supercopa, Copa del Rey y Liga. ESPAÑA, MADRID Y EL MADRIDISMO SON UNA FIESTA porque como señaló el central del Barça, Gerad Piqué, hace dos años, la copa de los españolitos la disputarán dos equipos, Madrid VS bien Atlético de Madrid, bien Sevilla, que profesan un respeto y una admiración por España, por S.M. «El Rey» y por el himno nacional.