El Real Madrid no pudo con un La Bruixa d’Or (80-90) que aumentó la intensidad en la segunda parte del choque.
Redacción: Irene Sastre
Arrancó el último encuentro de la liga regular con la ofrenda a la afición de la novena Copa de Europa. Era un choque intrascendente para los blancos, pero no para los catalanes que se jugaban la permanencia.
Empezó el partido con mucha intensidad por parte de los jugadores merengues. Fluidez en el ataque con movimientos rápidos y mucho acierto desde la línea de tres por parte de los chicos de Laso. Manresa sufría por la defensa blanca y no se mostraba acertado de cara a canasta. Destacaba en el juego defensivo del Madrid Ayón, que protagonizó algunos tapones bastante espectaculares.
En el segundo cuarto los blancos disminuyeron ligeramente el ritmo. Seguían muy acertados desde el tiro exterior pero la defensa bajó en intensidad, a pesar de mantener la capacidad reboteadora. Por parte del Manresa destacaba en el ataque Tofu, uno de los mejores jugadores del partido. Le plantaba cara al acierto visitante el juego ofensivo de Sergio Rodríguez. El Madrid se marchó al vestuario con el marcador favorable, 39 a 32.
Cambió totalmente la dinámica en la segunda parte del encuentro. La intensidad en la cancha la ponían los catalanes, que querían asegurar la permanencia en la Liga Endesa. Destacaban desde la línea de tiro exterior durante los dos cuartos que le restaban al partido. El equipo de Laso se mostraba mucho más espeso en todas las facetas del juego, lo que propició que Manresa recortase las distancias y finalmente se pusiera por delante en el luminoso. 31 puntos anotaron los visitantes en el tercer cuarto, que terminó con Carroll retirándose por lesión.
En los últimos diez minutos las diferencias se mantenían y Seeley y White anulaban cualquier intento de remontada merengue. 80 – 90 al término del encuentro, y en la cabeza de los blancos el Herbalife Gran Canaria, primer rival en los playoffs de la liga.