D. Alfredo Di Stefano: Un nueve de diez

La opinión de Patricia Díaz: Latribunamadridista.com

Lucha, esfuerzo, maestría, superación, clase… Son algunas de las palabras que pueden definir a uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol (por no decir el mejor), y que cambió la historia del Real Madrid para siempre: D. ALFREDO DI STÉFANO.

 Poco hay que decir que no se haya dicho ya de este genio del balón. Sabemos que este argentino de raza comenzó su carrera futbolística en el Rivel Plate de Buenos Aires, pasando por el Millonarios de Bogotá debido a una etapa crítica del fútbol argentino, hasta aterrizar, por fin, en España, donde tras unos largos meses de lucha entre Real Madrid y Barça, en 1953 D. Santiago Bernabéu le presenta oficialmente como nuevo jugador del equipo merengue. En ese momento, todo lo vivido anteriormente por el club madrileño queda en el olvido para dar paso a una nueva era cargada de éxitos. Será conocido como el “Madrid de Di Stéfano”.

 

Gracias a la Saeta Rubia (como se le apodó por su rapidez como una flecha y su cabello claro) el Real Madrid empieza a conocer lo que es la victoria y lo que significa alzar un trofeo al cielo. Di Stéfano asienta grandes valores en el club de Chamartín, como la lucha y la valentía, que se convertirán en los principios más fundamentales del equipo blanco.

Don Alfredo fue tan grande que hizo grande al Real Madrid. Su palmarés es la gloria soñada por cualquiera de los jugadores más cotizados de hoy en día: marcó 357 goles en 469 partidos, fue 5 veces Pichichi, ganó 5 Copas de Europa, 8 Ligas, 1 Intercontinental, 1 Copa de España, 2 Copas Latinas, 2 Balones de Oro y 1 Super Balón de Oro, lo que le define como único jugador del mundo que posee este trofeo.

Pero al margen de todas estas cifras y triunfos, D. Alfredo era mucho más que un glorioso jugador. Era un tipo íntegro, directo, sin pelos en la lengua, con un marcado carácter y un gran sentido del humor, que no dejaba indiferente a nadie. Se convirtió en el símbolo del madridismo, en la máxima autoridad, ganándose el respeto de cualquiera que se cruzara en su camino. Alfredo Di Stéfano lo era todo para los madridistas; Alfredo Di Stéfano era el Real Madrid.
Por todos estos motivos, no habrá día en que el madridismo no recuerde a este gran jugador de fútbol que se convirtió en leyenda mucho antes de morir, y que dio las mayores alegrías a la afición blanca. No habrá forma de agradecerle todo lo que nos ha dado. GRACIAS, VIEJO.

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