Redacción: Luis Miguel Plá.
Jornada atípica la que se vivió hoy en el Bernabéu, con un partido en el que la mayoría de la gente estaba más pendiente del morbo del banquillo que del balón en sí. Al final, los blancos consiguieron una victoria que no aleja demasiado los fantasmas (3-1), pero que al menos permite al equipo pasar un final de año tranquilo para preparar de la mejor manera posible el importante choque de Mestalla de la próxima semana.
La tarde fría madrileña volvió a empezar, como ya es costumbre, con música de viento cuando la megafonía del Bernabéu anunció el nombre de Rafa Benítez. Tanto hablar de sustitutos en los medios está pasando factura al míster, que cada jornada que pasa sale al verde con la seguridad de que un traspiés puede ser el que le mande a su casa de las afueras de Liverpool.
De nuevo los blancos volvieron a apoyarse en los arreones de calidad y velocidad de siempre, ya que la falta de un patrón de juego habitual, hace que los partidos en el Bernabéu contra equipos ordenados se conviertan en un auténtico suplicio para los jugadores y la afición. Pero con lo que no contaban Benítez y los suyos era con el arbitraje casero de González González, que se sacó de la manga dos penaltis de esos que a veces se pitan y otras muchas veces no. El primero lo mandó al limbo CR7, pero el segundo si que llegó a su destino y permitió a los nuestros llegar con una media sonrisa a los vestuarios.
La vuelta en la segunda parte fue tan fría como el tiempo, y muchos más cuando Bruma acabó de nublar el cielo madrileño con un empate que presagiaba tragedia griega en directo. Esos minutos de zozobra provocaron un murmullo de los que se recordarán en Chamartín, pero al final otro tanto de Ronaldo a la salida de un córner, y un regalo de Danilo con buena definición de Lucas Vázquez, dejaron cerrado el encuentro y la cena de Nochevieja para un Benítez que tendrá que seguir, al menos una semana más, viviendo el ataque de la prensa ‘madridista’.
Mestalla está más cerca, y ese sí que será el partido que lo puede cambiar todo.