Redacción: Nerea Calvo-Manzano.
Tal vez aún sea pronto para cantar victoria, pero está claro que Cristiano Ronaldo demostró con su juego el pasado miércoles que sigue al pie de cañón. La ocasión no podía ser mejor: un encuentro en Champions, competición que se le da realmente bien al luso -el de Madeira es goleador máximo en este torneo, y este año también es líder de la tabla con 7 tantos, por delante de Lewandowski, Müller, Luis Suárez y Dzyuba-, tras la humillación sufrida frente al Barcelona.
Los dos goles de Cristiano sirvieron para dos cosas: es una motivación extra para el portugués, que andaba decaído en las últimas jornadas y su nivel de juego no había sido el más alto para un jugador de su categoría; además, sirvió para demostrar que el luso sigue presente y resurgido de sus cenizas, con una complicidad de juego que hasta ahora no se había visto junto con su compañero de batalla Gareth Bale, que le asistió en sus dos tantos, y que no paró de buscarle en cada una de las jugadas.
Por ahora, esperemos que Cristiano mantenga el mismo nivel el domingo ante el Eibar.