Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
Portugal se había entregado a Cristiano Ronaldo. Lo había fiado todo en su capitán. Sus lamentos en una mala noche eran los de todo el país. Todo cambió cerca del final, en el minuto 82, cuando sí se cumplió la orden del Comandante. Cristiano marcó y volvió a señalar el césped donde manda. Ese gol le da una mínima ventaja, ventaja al fin y al cabo, para jugarse en Suecia estar en el Mundial.
Insistimos. Cristiano no había tenido una buena noche. Rechistó más que disparó. Suecia le había controlado. En la segunda parte se metió en el área, donde siempre se cuece algo. La selección portuguesa señaló el objetivo. Ya que no había fútbol entre hierba, sus compañeros buscaron a Cristiano por alto. El jefe estaba en la cocina.
Hugo Almeida sustituyó a Postiga para buscar a Ronaldo. Normalmente buscan sus centímetros, pero era la noche de Cristiano. Uno para todos y todos para uno. Un centro del armario del Besiktas fue el origen del gol que encendió Lisboa y Portugal. El balón fue al área pequeña y allí apareció una figura gitantesca con el 7 a la espalda. Había delante un defensa, pero eso daba igual. CR se jugó el tipo y su cara con la que también se gana la vida. Daba igual. Iba por su país. Fue gol. Ahí estaba Cristiano, cómo no.
El gol de CR dejó en peor lugar a Ibrahimovic, del que no hubo demasiadas noticias. De la segunda parte sólo se recuerda una patada fuera de lugar a Pepe. Antes, sí colaboró con su gente. Portugal dominaba antes del descanso, pero las mejores ocasiones las tuvieron los suecos.
Suecia hizo un trabajo excepcional durante 45 minutos. Portugal no vio ni un hueco. Las apariciones de Pereira por el lado derecho se convirtieron en el mejor recurso de los lusos, anulados por los defensas de hielo de Erik Hamren.
Mandó Portugal con más corazón que cabeza, esperando lo que ocurrió cerca del final del partido. Juega a eso. Si no habla El Comandante, cuesta dar un paso. Cristiano estaba perdido lejos del área, en zonas en las que sí se le podía dar un metro.
Suecia se defendió y atacó sin preliminares. Los golpes iban directos a la mandíbula. Elmander, Larsson y Kallstrom rozaron el impacto.
Tras el descanso, Suecia ya no tuvo tiempo para esas cosas. Portugal metió a los suecos en su área y podía pasar lo que pasó. Cristiano se acercó a la portería y pasó lo que pasó. El gol, claro, lo marcó él. También pudo hacer el segundo, pero el larguero fue el único que no acató las órdenes del Comandante. El martes en Solna esto seguirá siendo una cuestión de estado.
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