Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
Cristiano Ronaldo vivió el sábado una de sus peores noches de lo que llevamos de temporada. No porque jugara mal, pues fue uno de los futbolistas merengues más destacados, sino por la impotencia que sufrió al comprobar que Undiano Mallenco se negó a señalar el clarísimo penalti que le hizo Mascherano en la segunda parte.
El portugués dejó patente su disconformidad sobre el terreno de juego, pero fue en el vestuario donde dio rienda suelta a su enfado e indignación. Según informa este lunes el diario ‘AS’, el luso habló con el técnico y con sus compañeros para confirmar lo que todo el mundo había podido ver en el campo: había sufrido un penalti clarísimo. Su enfado fue mayúsculo, aunque tuvo la sangre fría suficiente como para no pararse a hablar para los medios de comunicación.
Y es que él sabía que estaba lo suficientemente caliente como para decir públicamente algo poco conveniente, por lo que se subió al autobús y aprovechó la ocasión para responder a los numerosos mensajes de familiares y amigos que había recibido. Por delante le esperaba una noche realmente larga, pues bien es sabido que a Cristiano se le hacen muy difíciles las noches posteriores a una derrota. Y es que el sábado no solo perdió, sino que sufrió una gran injusticia en uno de los partidos más importantes de la temporada. Motivo más que suficiente para estar indignado.
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