Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
Nueva temporada y momento para renovar ilusiones y aspiraciones. Sin embargo, hay algo que va a seguir sin cambiar, tal y como se demostró anoche en el Santiago Bernabéu. Se trata de los arbitrajes, poco amigos de aflojar el silbato cuando el Real Madrid está de por medio y es perjudicado. En el derbi ante elAtlético de Madrid volvió a quedar claro que los de Ancelotti van a tener que esforzarse este año un poquito más de lo normal para seguir levantando títulos, pues en el colectivo arbitral no parecen muy dispuestos a ser justos con el equipo.
No es la primera vez que los trencillas se muestran demasiado permisivos con la excesiva agresividad que muestran los jugadores de Simeone en los derbis. La consigna del argentino parece clara: entrar duro y a la pierna para amilanar a sus rivales y, de paso, quitarles el balón. Con motivo del choque de ida de laSupercopa de España el madridismo ya andaba algo mosqueado por la decisión de la Federación de asignar un colegiado catalán para el duelo, Estrada Fernández. Era el primer derbi de la historia de laSupercopa de España y el elegido era un joven leridano de 38 años. Razones de peo para mirar con lupa su actuación en un duelo con un título en juego.
Y lo cierto es que Estrada Fernández no defraudó. Al estamento arbitral, claro. Porque aunque comenzó el partido con intención de frenar el juego casi violento de los colchoneros (mostró amarillas a Koke y Siqueira en los primeros momentos) poco a poco se fue amilanando y permitió todo a los campeones de Liga. El propio Siqueira mereció ser expulsado por su reiteración de faltas a lo largo del partido y Mario Suáreztambién debió ver la roja directa en la segunda parte por una falta muy peligrosa al tobillo de Toni Kroos. De hecho, el centrocampista también mereció ser expulsado en el error más flagrante del colegiado en el partido:una clarísima mano que vio todo el estadio menos el trío arbitral.
Corrían los últimos minutos de partido y el Atlético acababa de empatar. El Real Madrid tenía encerrado a su rival en el área, por lo que en un momento dado el balón llegó a Dani Carvajal dentro del área, quien intentó rematar en una posición manifiesta de gol. Su disparo salió rechazado tras impactar claramente en la mano de Mario Suárez. La jugada no admitía duda: penalti y expulsión por doble amarilla. Así lo pidió todo el Bernabeú, pero Estrada Fernández se ‘tragó’ el silbato. Prefirió cometer una injusticia antes que complicarse la vida. Total, seguro que recibe una felicitación por parte de las altas instancias. Y es que la vida promete seguir igual para el Real Madrid en la nueva temporada que está empezando…