Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
A sus 33 años, después de toda una vida en el Real Madrid y a punto de comenzar su decimosexta temporada en el primer equipo blanco, Iker Casillas está más cuestionado que nunca. Su error en la final de Champions, su flojo Mundial y su mal partido ante el Manchester United, a pesar de ser un partido amistoso de pretemporada, han activado todas las alarmas.
Jugará el martes en Cardiff, una titularidad adelantada por Ancelotti y lógica teniendo en cuenta que fue el portero de la Champions y que Keylor Navas apenas suma un par de entrenamientos con el Real Madrid. Pero en esa final, además de un título, Iker se juega mucho más.
Casillas tiene claro, y es el primero en reconocerlo, que no está en su mejor momento. Pero no por ello va a tirar la toalla y retirarse a un rincón a ver cómo pasa la temporada. Tiene claro que la Supercopa de Europa debe ser su punto de inflexión, un partido en el que demostrar que su peor momento ha pasado y que puede reverdecer los laureles del pasado.
Pero también sabe que, de presentar una vez más una mala imagen ante el Sevilla, se le puede complicar mucho la titularidad esta temporada. Serían demasiados borrones seguidos y el cuerpo técnico podría tomar la decisión de relegar al capitán blanco al banquillo para dejar paso a Keylor Navas.
Las dudas de Carlo
Ancelotti sigue confiando en Iker, aunque no le ha asegurado la titularidad en Liga o en Champions. «Estoy tranquilo con la portería. Casillas jugará la Supercopa y luego ya veremos», dijo tras el amistoso ante el Manchester United en Ann Arbor. El italiano también estará expectante el martes en Cardiff, pendiente de lo que haga Iker, para decidir sobre los compromisos inmediatos. Los más urgentes, los dos ante el Atlético de Madrid en la Supercopa de España, los días 19 y 22 de agosto.
El curso pasado resolvió el debate dejando a Diego como titular en Liga, mientras que a Casillas le dio dos competiciones, Copa y Champions, a la postre los dos títulos conseguidos por el Real Madrid. Aunque Ancelotti confesó que aquello le parecía una anomalía, mantuvo su sistema durante toda la campaña. Está por ver si este curso repetirá la anomalía o si apuesta desde el principio por un portero titular y otro claramente suplente.
El caso es que todas las miradas estarán puestas en la portería que defienda el 1 del Madrid en el Cardiff City Stadium el martes. A Iker se le ha caído el halo de Santo y quiere recuperarlo en su hábitat natural, el de las finales, los partidos grandes, con presión.
No va a salir del Madrid
Aun en el peor escenario para Casillas, en el que tenga una mala noche y el Madrid caiga derrotado a manos del Sevilla, nadie en el club se plantearía una posible salida del mostoleño. Iker habló con Florentino al término de la pasada temporada, con la resaca de la Décima reciente. En aquella conversación, el portero le hizo saber al presidente su intención de quedarse.
El capitán no puso condiciones para su permanencia en el club. En ningún momento exigió la salida de Diego ni la titularidad, simplemente informó a Florentino de que seguiría jugando este año en el Real Madrid.
La llegada de Keylor, que ha aterrizado pisando fuerte en Valdebebas, obligará a Iker a dar lo mejor de sí mismo en los entrenamientos y en cada partido. Y en el caso de que Ancelotti decidiera dar la titulardad al costarricense, tampoco se plantearía Iker abandonar el barco. Quiere pelear. Su primer examen, en Cardiff.