La salud de la leyenda del fútbol, Maradona, fue evolucionando bien desde la operación del tumor el 3 de noviembre hasta este triste 25 del mismo mes, según las personas más cercanas al profesional. Lo más probable es que el motivo de su fallecimiento, un fallo cardiaco, no tuviera nada que ver con el tumor que ya padecía. Así fueron las últimas horas de uno de los jugadores más importantes de la historia del fútbol.
Tras su operación, Maradona decidió retirarse a Delta del Tigre, una residencia cerca de Buenos Aires, para recuperarse. La habitación estaba medicalizada con todo lo necesario para cuidar de la salud del futbolista. Parecía que todo marchaba bien, su médico por lo menos, así lo hacía saber.
Sin embargo, a las 10.00 horas de este mismo miércoles el jugador se levantaba como cualquier día, quizás un poco antes de la hora habitual previa a sus problemas de salud. El argentino desayunó y dio un paseo para, poco tiempo después, volverse a acostar. Con el estaba su mano derecha, Maxi, su abogado, Jonny y su sobrino.
A las 12.00 horas el exfutbolista estaba en la cama. A esa hora le tocaba la medicación y, cuando fueron a dársela, el diez no reaccionaba. Los que estaban con el llamaron rápidamente a la ambulancia. Llegaron en seguida pero Maradona ya no respondía, nadie puedo hacer nada por él.
Las hijas de la leyenda ya estaban en camino desde Buenos Aires, donde viven las tres. El diario Clarín, entonces, anunciaba su fallecimiento por un problema cardíaco crónico provocado por un edema pulmonar.
Los días antes de su muerte Diego tenía una vida tranquila, estaba mejorando e incluso se le estaba programando actividades para su recuperación.