ARBELOA: «SABEMOS QUE NOS ESPERAN PARA CUANDO NOS VAYA MAL»

Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista

Álvaro Arbeloa (Salamanca, 1983) confía en cerrar el círculo virtuoso: ganar el domingo la Confederaciones.

Se somete a una entrevista en la Concentración de España en Fortaleza(Brasil).

Pregunta. ¿Está a las puertas de su quinta semifinal con España? Respuesta. Eso significa que seguimos peleando, cerca de ganar títulos. Es un momento especial. Podemos ganar un torneo que no tenemos.

P. ¿Les queda la espina de lo que pasó con Estados Unidos? R. Más que eso es porque podemos ganar el trofeo que nos falta. Si ganamos la Confederaciones es como decir que ya sólo queda repetir.

P. ¿Son conscientes de que dentro de un tiempo se les citará en los libros como un equipo que cambió la historia? R. No pensamos mucho en la historia, pero sí es verdad que según vas consiguiendo cosas y miras atrás piensas ‘la que estamos liando’. Lo que está haciendo España es algo tremendo. Es un momento único en nuestra historia, pero también sabemos que después del triplete las exigencias son mayores. Somos conscientes de que si perdemos con Italia o no ganamos la Confederaciones las alabanzas se volverán críticas.

P. ¿Cree que hay gente con el colmillo afilado esperando a la selección? R. Sí. Sólo hay que irse a lo que pasó cuando empatamos con Finlandia y nos tuvimos que jugar casi el pase del Mundial en París. Hubo muchísimas críticas. Sabemos que es parte del fútbol. Mucha gente se alegra de cuando estamos arriba, pero también hay gente esperando para cuando nos vaya mal.

P. ¿Guarda cosas de las fases finales? R. Tengo el balón de la final de la Euro de 2008, el primero de la Confederaciones y el de la final del Mundial. Tengo los tres con los que se jugó en el último minuto del partido. Luego en la Euro de 2012 se me olvidó por completo.

P. ¿Y eso? R. Se me fue de la cabeza. Fue atípico ganar la final por 4-0. En la segunda parte casi no había la tensión de una final. Te sientes campeón desde que se quedaron con 10. Fue una sensación de alegría, pero nada que ver con lo de Viena y Johannesburgo. Fue una alegría distinta.

P. ¿Qué Italia espera mañana? R. No lo sé. Imagino que después de lo de la final de la Euro no van a salir igual. Allí su planteamiento fue muy alegre, querían tener el balón y eso fue muy bueno para nosotros.

P. Pero esta Italia no parece pensada para defender. R. Es verdad. No es el equipo italiano que se cobija en el catenaccio, que metía atrás a siete u ocho futbolistas. Esta Italia tiene jugadores muy bien dotados técnicamente, con Pirlo que maneja el equipo a su antojo. Es otra Italia, pero lo que de verdad importa es que España mantenga su estilo.

P. ¿Es un alivio la baja de Mario Balotelli? R. [Risas] Todos sabemos lo que es Balotelli. Es un jugador diferente, capaz de desequilibrar un partido, que igual puede hacerte un hat-trick o que le expulsen. No sabes por dónde va a salir. Pero juegue el que juegue seguro que es un peligro.

P. España brilla en ataque, pero atrás es una roca. R. Porque tenemos mucho el balón y eso hace que el rival nos haga pocas ocasiones. Luego porque cuando el rival nos quita la pelota lo hace después de estar corriendo mucho tiempo y nosotros somos capaces de presionar muy arriba.

P. ¿Su partido con Uruguay fue de los mejores que ha hecho con España? R. Salí bastante contento, la verdad. Me encontré bastante bien a pesar del calor y de la humedad.

P. ¿Es verdad que en el vestuario de Saint Denis le felicitó mucha gente por su partido ante Ribéry? R. Sí. Siempre que juegas frente a futbolistas como Ribéry estás en el foco, eres más centro de atención.

P. ¿Se ha sentido señalado muchas veces? R. No. Al final intentas estar un poco apartado, no hacer mucho caso a las cosas que se dice. Hay que saber aceptar las críticas, las positivas y las negativas, dar la misma importancia a las dos. Y yo intento que en los dos casos sea muy poca.

P. Sí que habrá oído que si Xavi no le da la pelota, que si se evita la banda derecha para atacar… R. La gente puede hablar. No vamos a negar que el equipo ofensivamente cae mucho por la izquierda. Es un hecho. Jordi sube mucho, Andrés cae mucho por allí, Silva cuando juega por la derecha cae mucho para dentro… Es normal que se ataque más por esa zona. A mí el míster me pide otras cosas, que cuando ellos suben yo me quedé para estar equilibrados. Pero no hago caso de que se diga que no me pasan la pelota o no se usa la banda derecha. Esta selección aprovecha al máximo sus cualidades.

P. Desde el cuerpo técnico de la selección se habla de Arbeloa como calidad defensiva pura. R. A todos nos gusta ver un control de Iniesta, una pared de Silva o un remate de Soldado. Eso es lo más bonito del fútbol, lo más vistoso, por lo que la gente paga una entrada, pero también hace falta gente que pare a ese tipo de jugadores.

P. Con lo que ha pasado, ¿cuánto hay de clave en la selección en las relaciones humanas? R. La relaciones personales siempre son importantes en un grupo. Es difícil que esta selección hubiera ganado lo que ha ganado llevándonos mal, si hubiera problemas, si no fuéramos capaces de mirarnos a la cara. Somos un grupo maduro que ha sabido superar los problemas que hemos tenido, diferenciar lo que es la selección y los clubes. Hemos aprendido de muchas cosas que nos han pasado.

P. ¿Se ha mirado ya con Iker a los ojos? R. Es un tema del que se ha hablado mucho. Creo que es algo que ni él ni yo hemos querido que se hable.

P. Al fin se acabó el culebrón. El Real Madrid ya cuenta con Carlo Ancelotti como nuevo entrenador del club. R. Es un técnico que ha estado en grandes ligas, que ha ganado muchísimos títulos, que por donde ha pasado lo ha hecho bien. Los jugadores que han estado con él hablan muy bien de él. Ojalá tenga tranquilidad, le dejen trabajar y consiga mucho títulos, que es lo que nos hace falta.

P. ¿Qué Madrid deja Mourinho? R. Un equipo muy competitivo y con mucha fortaleza mental. Antes no lo éramos tanto. Deja un equipo con jugadores jóvenes que han madurado. Somos un equipo hecho. No vamos a tener que fichar siete u ocho jugadores como hace años.

P. ¿Y ha dejado un madridismo fracturado? R. No sería cierto ni justo culpar a Mourinho de la fractura que pueda haber en el madridismo o en el vestuario. Si hay algo en el vestuario es problema de los jugadores. El madridismo espera ahora una nueva temporada y el objetivo nuestro y de ellos es ir a la Cibeles. Tienen que estar con nosotros y nosotros con ellos. P. ¿No cree que a veces debería haber estado callado en vez de defender tanto a Mourinho? R. Me lo han dicho mucho, pero yo he respondido a las preguntas que me han hecho. Siempre he sido lo más sincero posible, hablando con el corazón y con la cabeza, porque lo pensaba y lo sentía.

P. ¿Le gustaría volver a trabajar con él? R. Es algo que no me planteo. Él sigue su camino y será difícil que nos encontremos.

P. ¿Qué le parece el fichaje de Isco? R. Un grandísimo jugador al que en la selección ya le conocemos bien. Es un jugadorazo al que vamos a acoger con los brazos abiertos. Es lo que necesita el Madrid, tener opciones en todas las posiciones, que nadie tenga el puesto asegurado, que si sale uno, se mantenga el nivel.

P. ¿La Décima es una obsesión? R. Cada año la obsesión es la Champions, el trofeo fetiche del madridismo. Cuando se gane la Décima será la obsesión la Undécima.

P. ¿Están atentos a lo que está pasando en Brasil? R. Sí, bastante. Uno puede llegar a entender lo que la gente pide y siente. Es un país emergente, pero cuando llevas aquí tantos días y ves lo que hay entiendes que la gente esté molesta porque faltan muchas otras cosas antes que estadios de fútbol.

P. ¡Cómo le pitan a España! R. Sí, es tremendo. Es mejor tomarlo un poco a broma.

P. ¿Qué tiene que decir de la presunta fiesta en Recife y el robo? R. Estamos bastante mosqueados. Aquí hay mucha gente que tiene familia e hijos. Es muy desagradable. Aunque se vaya a denunciar al periodista, aunque no pueda haber pruebas ni imágenes porque es algo que no ha ocurrido, siempre queda la sospecha cuando se publica. Espero que al que lo ha escrito le caiga una buena para que el siguiente que quiera inventar sepa lo que hay.