Redacción: Latribunamadridista.com / Imágen: realmadrid.com
¡¡Vamos a ganar esta Tercera Guerra Mundial!!, vamos a ganar a COVID-19, sin embargo, como en toda Gran Guerra las pérdidas humanas se contarán por centenares, todaS y cada una de ellas serán irreparables y entre ellas lo será para siempre la pérdida de Lorenzo Sanz Mancebo, presidente del Real Madrid desde 1995 a 2000 y con el que el Real Madrid volvió a ganar la Copa de Europa, nos devolvió la alegría inmensa de volver a coronar el viejo continente y a muchos como es el mi caso, el conocer la verdadera razón del poderío del Real Madrid, un poderío con el que crecimos viendo ganar las cinco Ligas consecutivas de » La Quinta del Buitre», las dos últimas en mi caso, ya como socio del Real Madrid algo más que suficiente para cualquier otro equipo pero no para el Real Madrid, un Real Madrid que es el mejor equipo de la historia por ganar como decía el propio Lorenzo Sanz, » por ganar Copas de Europa».
Y Lorenzo Sanz lo hizo posible, forjó un equipo campeón, es cierto, a base de talonario ( pero eso no es indicativo de debilidad sino todo lo contrario, de fortaleza), trajo a los mejores jugadores del mundo, Mijatovic, a la postre, el héroe de la Séptima, Suker, Seedorf, Roberto Carlos, Illgner, Panucci y ganamos esa batalla contra el Barcelona, a Karembeu, curiosamente, decisivo en la vuelta de Cuartos de Final de la Champions League de la 7ª, la Champions 1997/98 y sobre todo, en la ida de semifinales de dicha Champions ante el vigente campeón, el Borussia Dortmund, un gol suyo curiosamente en la «portería de la Champions», en aquella que tiraron los Ultras Sur antes del inicio del partido que nos pudo costar la eliminaciòn, en aquellas carreras a la Ciudad Deportiva donde otro héroe, el delegado de campo, Agustín Herrerín que hoy comparte hueco en el cielo del Bernabéu con Lorenzo Sanz, fue decisivo cogiendo la furgoneta, rompiendo el candado de la Ciudad Deportiva y cargando dicha portería en un camión de reparto, héroe también camionero, para llegar al Bernabéu y juntos a todos los operarios del club, todos a una, lograron meter la portería por aquel pequeño túnel en una esquina del Fondo Sur y llegar a tiempo.
Luego los jugadores hicieron el resto pero así era el Real Madrid de Lorenzo Sanz, » todos a una», unidos como los jugadores conjurados para ganar esa Séptima, tal y como se lo pidió Lorenzo a una semana de ganar la Champions League, se hablaba de jugadores indomables, de un Heynckes que había perdido el mando ante los Mijatovic, Suker, Raúl, Seedorf o Roberto Carlos y a los que Lorenzo aleccionó para ganar la Séptima, el creía pero faltaba que ellos también fueran conscientes de que era el momento del Real Madrid de que aunque la Juventus de Davids, Inzaghi, Del Piero y Zidane, entre otros, el Real Madrid siempre es temido y más en Europa.
Y llegó el 20 de mayo de 1998, miles de madridistas estuvieron en el Amsterdam Arena, otros estuvimos en casa aunque se hablaba de que se podía ganar, ¡claro que sí! y que iríamos posteriormente a la Cibeles a celebrar dicho título.
Partido igualado, ambos no quería perder pero el Madrid tenía un AS en la manga y Lorenzo Sanz lo sabía y por eso, contrató en su día a Mijatovic. Minuto 66′ y un centro pasado de Panucci desde la parte derecha, lo fusiló desde la izquierda, Roberto Carlos, para rebotar en las piernas de la defensa juventina quedando el balón muerta, en la zona Pedja Mijatovic, en su zona favorita, para recortar el meta Peruzzi y ponerla en la esquinita izquierda donde los defensores italianos no llegaban y corriendo dedicárselo a un compañero que al igual que Lorenzo Sanz, sabía del poder de Mijatovic, no en vano, era hijo de Lorenzo, Lorenzo Sanz Jr., Mijatovic no olvido la promesa que le había hecho de dedicar el gol a su compañero que sabía que el 8 blanco que aún no había marcado en dicha Champions League, iba a marcar y Pedja lo hizo. Era la séptima, era de Mijatovic, el culpable de ello pero por encima de Pedja y del equipo estaba el gran héroe de aquella hazaña, el hombre que lo hizo posible junto a su Junta Directiva, era Lorenzo Sanz Mancebo.
Luego ese equipo se agotó aunque meses después ganó la Copa Intercontinental al Vasco de Gama con aquel golazo de Raúl, mágico » Aguanís» pero Lorenzo Sanz por encima de empresario y presidente era un «hombre de fútbol», sabía mucho de ello e hizo otro equipazo que volvió a ganar otra Copa de Europa, un 24 de Mayo de 2000 ante el Valencia, en la primera final española de Copa de Europa y el Madrid lo hizo con goles de Morientes, Mc Manaman y Raúl, el legado de Lorenzo Sanz, el hombre que nos hizo vibrar en España y en Europa y que devolvió al Real Madrid a su lugar, a reinar en Europa aquel inolvidable 20 de Mayo de 1998, aquella inolvidable Séptima.
¡¡GRACIAS LORENZO!!… ¡¡HASTA SIEMPRE, PRESIDENTE!!..