ANCELOTTI:TRES TÍTULOS EN SU PRIMER AÑO EN EL CHELSEA

Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista

Nueve temporadas en el Milán habían poco a poco desgastado a Ancelotti en el club. Como un día declaró Costacurta, uno de sus jugadores: «Después de cuatro o cinco años la relación entre el técnico y el vestuario está destinada a consumirse». Sobre todo se le acusó de nunca sentirse ajeno a las decisiones de Berlusconi. Por eso pudo sorprender su llegada al Chelsea de Roman Abramovich, otro magnate acaparador. José Mourinho, Avram Grant, Scolari y Guus Hiddink, cuatro técnicos tan distintos habían pasado por Stamford Brigde en sólo cuatro años. Aquello no sería fácil, con el sueño de la Champions aún sin cumplir. Pronto resolvió la posible salida de Lampard al Inter y le dio la jerarquía que requería John Terry. Su primer partido oficial llegó rápido. Enfrente Alex Ferguson y el Manchester United en la Community Shield. Sus ideas quedaron claras rápidamente. Mikel sería el mediocentro. El mismo Mikel al que Mourinho había retrasado desde la mediapunta para darle mucho peso en el nacimiento de las jugadas.

Mikel único mediocentro en un 4-1-3-2, con Essien, Lampard y Malouda en el mediocampo y Drogba más Anelka arriba. Podía haber probado un doble pivote con Deco o Ballack pero prefirió un equipo más ofensivo. Seguro que tantos años con Pirlo le habían cambiado, aunque no tenía un jugador así ni por asomo. Ganó por penaltis su primer título con el Chelsea, y en la Premier decidió retrasar a Essien y Malouda y juntarles más aun a Mikel, pieza clave. Y Ancelotti se adaptó, rápido. El gol de Drogba en el último instante que le dio el triunfo ante el Hull en el primer partido de liga representó lo que sucedería después, en los torneos locales saldría todo.

Pocos meses después el Telegraph ya se preguntaba: «¿Cómo es posible que tras 33 años jugando y entrenando en Italia se haya Ancelotti adaptado tan rápido al fútbol inglés?». Y sentenciaba: «Acostumbrado a manejar las peticiones de Berlusconi en el Milán, lo mejor ha sido saber encauzar los egos de las estrellas». Muchos detalles de confianza a la plantilla. No quiso firmar aún a Torres para dar confianza a Anelka y Drogba, le dio muchos minutos a Malouda, Ferreira y Deco, que parecían condenados al anonimato y terminaron por tener peso en el equipo y mandó un mensaje de austeridad al final tras el doblete: «Hay que saber gastar, fichar con cabeza lo necesario». Mikel fue clave en el medio, aunque también como eje probó a Essien, Ballack, Deco e incluso Belletti. Y siempre jugó con al menos dos puntas en un Chelsea dominador. Incluso a veces un 4-3-3 como en el recordado 8-0 ante el Wigan en el último partido de una Premier que ganó con un punto de margen al Manchester United, pero con más de 100 goles a favor.

Consiguió una Copa sin rivales de primer nivel con golazo de libre directo de Drogba en la final ante el Portsmouth y siempre con la iniciativa de juego. Y cayó en Champions en una eliminatoria ante el Inter en la que Mourinho le dio un verdadero baño táctico. Dos triunfos interistas, el segundo en Stamford Bridge, ante un Inter que salió con Sneijder, Etoo, Milito y Pandev. Cierto que con trabajo para todos, pero con una elección de jugadores ofensivos evidente. Esa eliminatoria acabaría por pasar factura a Ancelotti al año siguiente, a pesar del doblete Liga-Copa.

Segunda temporada sin fichajes de renombre en verano pero con los refuerzos de Torres y David Luiz en invierno. Con la marcha de piezas clave como Drogba, Mikel y Essien a la Copa de África, con un esquema modificado primero a un 4-4-2 y después a un casi desesperado 4-3-3 en el que ni siquiera era fácil encajar a un Torres que no terminó de mostrar el nivel del Liverpool. Precisamente ante el Liverpool debutaron Torres y David Luiz con derrota 0-1 en Stamford Bridge síntoma de que se había perdido el rumbo. La derrota en Champions ante el United colmó el vaso de Abramovich y se convirtió en el sexto entrenador en ocho años del equipo. Su último partido fue ante el Everton. Un cese precipitado, una decisión del oligarca ruso en mitad del partido. Para Ancelotti poco después llegaría un emir, esta vez en Francia, en el PSG. Será el último capítulo.

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