Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
Renovación en blanco. Eso es lo que piensa Carlo Ancelotti sobre su tan comentada ampliación de contrato y que todavía no se ha puesto en marcha y que no se pondrá hasta los primeros días de 2015. El italiano no tiene duda alguna y lo último que mirará cuando el Real Madrid le ponga el nuevo vínculo encima de la mesa, será el dinero a recibir. Importancia cero. «Es el mejor club del mundo, ¿dónde voy a estar mejor que áquí?», repite cuando se le pregunta por el futuro. Ya saben, el Real Madrid y nada más. La idea es que el contrato tenga un año más, es decir, hasta 2017.
Sergio Ramos y su famoso gol en el minuto 92 salvó la estabilidad del Real Madrid y, sobre todo, logró dar vida y continuidad a Carlo Ancelotti al frente del equipo blanco. Ahora la historia es otra bien distinta. A la felicidad social que siempre le ha acompañado desde su llegada a Madrid, el entrenador se encuentra ante un estado de bienestar que pocas veces ha encontrado a lo largo de su exitosa carrera, como jugador primero y ahora como técnico. «En ningún sitio voy a estar mejor que aquí», repite una y otra vez.
Ancelotti ha encontrado un paraíso con el que no contaba. Sabía de la presión que lleva consigo el ser entrenador de un equipo como el Real Madrid y confió siempre en superarla. Su experiencia en banquillos como el del Milan, Chelsea o PSG podrían valer como referencia. No ha tenido problema alguno en ese sentido después de superar el máster que significaron Berlusconi, Abramovich y Al-Khelaifi. Ahora, eso sí, siente que la institución respeta y entiende su trabajo.
A este panorama institucional, el entrenador del Real Madrid se ha encontrado una respuesta popular que ha superado cualquier expectativa. Siente que la afición le respeta, tanto la madridista como la atlética, tal y como recoge en sus madrileños paseos por los alrededores de la puerta de Alcalá. Siente que su manera de entender el fútbol y la vida ha calado entre todos.
Idilio con plantilla y club
El tercer componente tiene relación con la plantilla. Cuando Ancelotti habla de identificación total con la plantilla y cuando hace referencia a la comunión existente o la calidad de la misma, muestra una total sinceridad. Lo piensa y los jugadores lo saben. Cree que puede lograr todo por la profesionalidad y nivel del grupo. Siente que está ante una oportunidad única.
Con el club y sus dirigentes, la comunión es perfecta. Cuando apareció por el Bernabéu conocía a la perfección dónde se metía y desde el primer momento se ha identificado plenamente con todo, pese a convivir con algunas situaciones que le han resultado complicadas de entender. Ahora no hay duda alguna y la relación es fluida al máximo, pero es consciente de que depende de los resultados.
Los resultados, clave
«Ley del fútbol», tal y como reconoce el italiano. «Si ganas, eres el mejor. Si no es así, el primero en caer es el técnico», afirma sin rubor, dando prioridad a los resultados, el fin definitivo del Real Madrid… y de cualquier equipo, pero más todavía si de un grande se trata. Seis meses después, ese entrenador que parecía emitir dudas, se ha ganado el respeto y admiración de todos, madridistas o no, directivos blancos, seguidores y, en especial, del presidente blanco.
El club tiene clara la estrategia a seguir en las próximas semanas. La renovación, algo impensable el pasado mes de mayo, está en camino, pero sin prisa alguna. La idea es cerrar el acuerdo en los primeros meses de 2015, pero no anunciarla hasta que la temporada toque a su fin, tal y como se hizo con José Mourinho. De esta manera el técnico se siente seguro, pero el club no se siente atado ante un compromiso hecho público.