Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
Cristiano Ronaldo vivió en Sofía una noche de emociones fuertes. Le pasó de todo para bien y para mal. Comenzó fallando un penalti, luego marcó otro para acercarse a Raúl y se retiró del partido cojeando por culpa de una fea entrada. Tuvo tiempo para hacer ‘migas’ con sus rivales y también para lamentar ocasiones que no entraron.
Cristiano salvó una noche que no pudo comenzar peor. La pena fue para él cuando Stoyanov le paró un penalti. El portero prolongó el momento de euforia del Ludogorets poco después de adelantarse en el marcador. Era el quinto penalti fallado por CR desde que fichó por el Madrid.
Cuarto de hora después lo arregló, aunque contó con la colaboración arbitral. Hubo contacto de Moti con el portugués, pero no parecía suficiente para pitar penalti aunque sí para el escocés Craigh Thomson. Otra vez a los once metros, y Cristiano no falla dos veces seguidas. Lanzó al mismo sitio y el portero lo adivinó, pero el balón entró pegado al palo. Empataba el Real Madrid. Cristiano echaba fuego por la boca.
No fue el partido del campeón y tampoco el de Cristiano aunque mojase y pise aún más los talones de Raúl. Hasta sus días malos son menos malos. El tanto en Sofía es el 69 de CR en la Champions (uno más que Messi), a sólo dos goles del que le dejó el 7 en el Real Madrid.
Cristiano buscó mucho más, pero no lo consiguió. Le sacaron un gol bajo palos, le anularon uno legal y el Madrid no resolvió hasta que apareció Karim Benzema. Antes no faltaron los lamentos. Tuvo unos cuentos piques con los rivales y los aficionados búlgaros le estuvieron buscando. Al final, se fue del partido cojeando y con mala cara por una entrada de Anicet Abel. Fue el reflejo de un encuentro que no gobernó, pero en el que dejó el rastro del gol. Como siempre.