Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista
Ni un solo disparo entre los tres palos en 90 minutos de juego. Los números de la selección española en Saint-Denis no dejan lugar a dudas. La Roja volvió a demostrar ante Francia que tiene un serio problema de puntería. Fue la continuación de lo acontecido en el pasado Mundial de Brasil, en el que España -más allá del gol de penalti de Xabi Alonso ante Holanda- solo encontró el camino ante Australia, una vez se había consumado su eliminación.
Lloris no tuvo que emplearse a fondo en ninguna acción. Y no será porque España no rondara el área gala en numerosas ocasiones pese a jugar en campo contrario y ante una de las selecciones más potentes del mundo. De hecho, La Roja enseñó en París muchas de las virtudes que le llevaron a completar su periodo más glorioso. Tocó con criterio, manteniendo el control del juego y demostrando la personalidad de tiempos mejores. Por momentos, y con alguna que otra laguna, recordó a su mejor versión. Prueba de ello fueron los últimos minutos, en los que España asedió a Francia buscando un gol que nunca llegaría.
Diego Costa es el claro ejemplo de los problemas de puntería de La Roja. Al delantero del Chelsea le persigue un gafe cuando se pone la camiseta con el 19 de España. Hasta el momento, su bagaje cara a portería es descorazonador. Cinco partidos como internacional y cero goles. Esos números contrastan con la pegada que sí demuestra el hispano-brasileño cuando juega para sus clubes.
Baste recordar sus 27 goles en la pasada Liga con el Atlético de Madrid o los cuatro que lleva anotados esta temporada en la Premier con el Chelsea. Ayer, pese a estar rodeado de inicio por Cesc, Koke y Raúl García —compañeros suyos de vestuario en sus últimos equipos—, Diego volvió a marcharse de vacío.
Sin embargo, la sequía goleadora no es algo que preocupe en exceso en el vestuario de La Roja. Los internacionales prefieren quedarse con las buenas sensaciones que dejó el juego del equipo. Así lo advirtió el propio Diego Costa tras el partido: «Estoy seguro de que los goles van a llegar muy pronto. Lo importante es que el equipo genera juego para ello».
Su compañero de equipo Cesc Fàbregas tampoco ve motivos de alarma. «La filosofía de juego sigue siendo la misma y no creo que sea algo para preocuparse».