Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista
Cada cierto tiempo, de la cantera madridista florece un genio. Cuando eso ocurre, cuando una gota de perfume cae del embudo de la Ciudad Deportiva, club y afición esperan con ilusión que la espita se abra y las demás gotas de agua se contagien de su aroma y lleguen a chorro al primer equipo del Real Madrid.
El despertar de Jesé ha provocado ese efecto en el madridismo. La afición ha encontrado años después un ídolo propio al que adorar, una bomba de ilusión que ha alcanzado a la hinchada, que asiste enfervorecida al nacimiento de un crack mundial vestido de blanco.
También el club está en estado de euforia. No es ningún secreto que Jesé es el ojito derecho de Florentino y que la explosión del chaval ha sido trending topic en los despachos del Bernabéu. Entre las corbatas de Valdebebas, el boom Jesé ha sido una infusión de serotonina. Después de muchos debuts salpicados, minutos intranscendentes y talentos desperdiciados, un crack de la casa la está rompiendo en el primer equipo.
Por ello, el club está pensando rescatar el Zidanes y Pavones, pero actualizado a la última versión del software y rebautizado como Cristianos y Jesés. La vuelta a los orígenes de Florentino, combinar los grandes fichajes con oportunidades de verdad a chicos jóvenes y de la casa.
Confianza en La Fábrica
Cuando el pasado verano se marchó Higuaín, en las oficinas del club confiaron en Morata y Jesé. La apuesta les está saliendo bien y ahora esperan repetir operación.
Aunque la generación que capitanea Jesé es casi irrepetible (Carvajal, Nacho, Juanfran, Cheryshev, Morata, Joselu…) en el Madrid confían en el efecto contagio y esperan que los chavales que ahora pueblan Valdebebas respiren aires de confianza gracias a las actuaciones del canario y eso les ayude a dar el salto definitivo al primer equipo.
En el club no dudan de la calidad de los productos de La Fábrica, pero creen que era necesario que los chavales se motivasen con un espejo en el que mirarse. Hasta ahora, el techo de los canteranos era debutar y jugar un par de minutos intrascendentes en partidos sin enjundia. Pero todo eso ha cambiado.
Ahora los chavales tienen más esperanzas de conseguir su objetivo de triunfar en el Madrid. Y también en los despachos han sufrido un cambio de conciencia. Una revelación. Quizá los chavales necesitan más oportunidades, más confianza, creer en ellos.
El Madrid quiere que Jesé sea el abanderado de una nueva hornada de canteranos que triunfen en el primer equipo. El motor que conduzca a los mirlos de Valdebebas al Bernabéu. Una nueva forma de mirar a la cantera antes de abrir la cartera. Dar opciones al de casa de demostrar su valía antes de buscar fuera.
El club está ilusionado y promete mayor atención a los niños. Es la hora de dar un puñetazo encima de la mesa y demostrar que la cantera blanca produce jugadores válidos para el primer equipo. Jesé señala el camino.