Redacción/Ana Taramón
Con un público en el Estadio de Macaraná en Río de Janeiro entregado por completo a la Selección de Tahití, la princesita de la Polinesia Francesa, empezó el segundo encuentro de la Selección Española de la Copa de Confederaciones.
Con un equipo diferente al habitual donde solo Sergio Ramos repetía como titular y ejercía de capitán. Pero esta “España mia esta España nuestra” como decía la canción de Cecilia, enamora, porque no hay suplentes en el banquillo sino jugadores que descansan porque los veintitrés no pueden estar en el terreno de juego. Se podrían haber tomado el partido como un amistoso, pero no lo era, la goleada estaba cantada desde el principio, aunque desde el primer gol en el minuto 4 hasta el siguiente pasaron 30 minutos largos, y muchos pensamos que podría complicarse el encuentro. Pero si algo quiere este equipo y tiene es juego, con una defensa casi en el medio campo de los tahitianos, escaparse hacía su portería era fácil para la calidad del juego de España. Ha habido goles de todos los colores, e incluso un penalti fallado por Torres, pero este delantero que pasó momentos duros en temporadas pasadas con la roja, pide paso de nuevo para ser titular ,ha marcado cuatro goles, Villa hizo su hattrick particular y avisa al Barcelona que vuelve a ser lo que fue un gran delantero que nunca tuvieron en cuenta pese a su lesión, uno de Mata y dos de Silva, en total diez goles como diez soles, una España tan caliente de juego como el sol que calienta las playas brasileñas. Queremos la Copa de Confederaciones, hemos dado un paso más hoy para poder cumplir el sueño, nos faltan partidos, pero podemos estar en la final, cuantos sueños no se han cumplido ya antes con este equipo, hoy España es grande en fútbol, se escribiran grandes titulares mañana, no podemos decir que hemos ganado frente a uno de los grandes con goleadas, pero los goles no se meten solos, y no hay equipo el baño de hoy no hubiera sido posible. La humildad de España y el juego limpio del rival han hecho de este partido un gran partido de fútbol sin importar el resultado. Felicidades Tahiti, y hacia delante España, juntos podemos.
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