Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla-Abel Alaminos-Pedro Cánovas/LanocheDelDeporteEspañolTV-deporteolímpico.net-blogolímpico.com / Imágenes:
La última de las cuatro medallas que España logró en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 llegó del Tenis y en concreto, de la modalidad del dobles masculino con la pareja Emilio Sánchez Vicario, hermano de la gran Arancha, la mejor tenista española de la historia y Sergio Casal logrando una Plata que bien podría tildarse de Plata-Dorada por la enorme importancia que supuso tanto para el tenis español como para el tenis mundial.
En el caso del tenis español porque tras esa medalla se reconfirmaron los éxitos con Arancha Sánchez Vicario y Conchita Martínez en una imborrable década de los noventa y en el caso de los chicos, con un elenco de grandes tenistas como Jordi Arrase, Sergi Bruguera, Alberto Berasategui, Álex Corretja, Albert Costa, Joan Balcells Carlos Moya o Juan Carlos Ferrero previos y ganadores muchos de ellos de aquella primera Ensaladera en el año 2000 donde España comenzó ese siglo XXI a ganar y dos décadas después a confirmar que es una enorme potencia mundial en el deporte y en el especial, en el tenis, con una Armada cuasi Invencible liderada por el mejor deportista español de todos los tiempos, el tenista, Rafa Nadal y tenistas de enorme talla mundial como David Ferrer, Roberto Bautista, Feliciano López, Fernando Verdasco, Granollers o Roberto Bautista, entre otros y de una España campeona de seis Ensaladeras, la última, el pasado año en Madrid.
En cuanto al tenis mundial, dicha final olímpica disputada por España y Estados Unidos (la pareja formada por Flach y Seguso que lograrían el Oro Olímpico) reconfirmó la gran decisión del presidente del COI, Juan Antonio Samaranch de resucitar el tenis, fuera del programa olímpico desde 1924 debido a la profesionalidad de sus deportistas.
Sería el máximo mandatario del COI el que resucitaría un deporte que sin embargo, necesitaba de una gran exhibición para devolver al tenis al sitio olímpico que se merecía.
Dicho y hecho, los españoles, Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal firmaron una final de leyenda y remontaron dos sets en contra (6-3) y (6-4) ganando por (6-7) y (6-7) el tercero y cuarto y llevando la resolución final al quinto y definitivo set donde todo parecía perdido tras el (5-3) en contra y servicio de los yanquis pero donde un contrabreak devolvió el empate a cinco, luego a seis y siete en el marcador hasta que finalmente, la medalla cayó del lado norteamericano por (9-7).
Antes de esa mágica final de más de cuatro horas y que evidenció que el tenis tenía que estar en una olimpiada, los españoles derrotaron a los soviéticos Voltchkov y Olhovskiy, a los austriacos Antonitsch y Skoff, a los yugoslavos Ivanisevic y Zivojonovic y ya por entrar en la final, a los suecos Edberg y Jarryd en cuatro sets (6-4, 1-6, 6-3 y 6-2) poniendo la guinda a una brillante carrera donde previamente a Seúl 1988 habían logrado ser subcampeones en Wimbledon 1987, campeones en el US Open 1988 y Emilio junto a Andrés Gómez, campeones en Roland Garrós.