Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla-Pedro Cánovas-Abel Alaminos/LaNocheDelDeporteEspañolTV-blogolímpico.com-deporteolímpico.net / Imágenes: LaLigaSports.es
El año 1976 supone el primer año de la conocida Transición Democrática en España, un año donde España y en concreto, el Rey Juan Carlos I nombra a un nuevo presidente del gobierno, en concreto, Adolfo Suárez, un hombre que para muchos, curiosamente, los detractores de siempre, representaba la continuidad del franquismo, no en vano, había sido del régimen pero desde luego, con ideas renovadoras y al que sinceramente le debemos la actual democracia y sobre todo, la Constitución de 1978, para bien o para mal, la libertad tan esperada, tan deseada y tan combativa durante 40 años de dictadura y sobre todo, para la gran mayoría de los españoles y tras 40 años de democracia, el mejor presidente que hemos tenido en las mencionadas cuatro décadas democráticas.
Precisamente, unos días antes de la cita de Montreal, el ingenio y la audacia de Suárez y del presidente de las antiguas Cortes Franquistas, Torcuato Fernández Miranda, ambos contando con el beneplácito del Rey Juan Carlos, idearon la forma del suicidio político de las mencionadas Cortes Franquistas a través de la Ley para la Reforma Política que daba pie a la legalización de los partidos políticos ( todos en teoría, menos el Partido Comunista que finalmente fue legalizado por el propio Suárez en la Semana Santa de 1977) y que suponía el haraquiri político de unos diputados franquistas que no fueron conscientes de poner fin a una cruenta dictadura. Lógicamente, el pueblo refrendaría dicha Reforma Política en Referéndum y la España embrionaría hacía la democracia comenzaba a andar.
Deportivamente, España comenzaba también a ganar medallas, pocas aún, en los Juegos Olímpicos pero al menos más de uno y no de modo alterno (olimpiada si, olimpiada no) como ocurría en los años del franquismo.
La primera medalla de la Transición, como así la bautiza Fernando Carreño en su libro Héroes Olímpicos Españoles llega de la Vela, un deporte que tan buenos frutos nos ha dado en los Juegos Olímpicos y que en Montreal lograría la segunda medalla de su historia, toda una herencia del primer gran navegante, Santiago Amat Cansino que lograría la medalla de BRONCE en su monolito olímpico en Los Ángeles 1932 dado que Pedro Millet pareja de Toño Gostotegui en el 470 que logró la plata en 470 en Montreal 1976, fue discípulo de Santiago Amat.
Campeones del Mundo en Nápoles 1973 emprendieron la aventura olímpica tres años más tarde, con un 470 fabricado en España y en una competición donde compitieron en siete regatas y donde fueron líderes durante la mayoría de las mismas hasta llegar a la sexta regata donde a pesar de ir por delante de la pareja alemana tras firmar un 4º-8º-2º-5º-6º puesto, al tener que descontarse el peor resultado, los teutones tuvieron un mejor resultado que los españoles y por lo tanto, pasaron por delante de Toño y Pedro antes de la última regata.
En la última regata y a pesar de no arriesgar, los españoles que terminaron en quinto lugar no lograron ser de Oro aunque consiguieron la Plata, la primera de una nueva era, la transición y en el caso de la Vela, la primera heredada del gran Santiago Amat, una Vela asociada al éxito del deporte olímpico español.