Redacción: Rina Cañadas / Latribunamadridista.com
Hace más de diez años desde que España hizo historia en Johannesburgo. Diez años desde que Iniesta pintó de rojo y amarillo todas las calles del mundo entero. Diez años desde que La Roja se proclamó campeona del mundo. ¿Dónde estabas el 11 de julio de 2010?
Recuerdo vagamente ese día. Como cualquier niña española de nueve años, era poco aficionada al fútbol. No entendía muy bien porqué mi padre había preparado una fiesta en casa. Sin embargo, no me quejé cuando mi madre me dejó maquillar a toda la familia con esas pinturas roja y amarilla. Miraras a donde miraras, había una bandera de España colgada en los balcones y todo estaba listo: comida, amigos, la televisión encendida y el himno español a todo volumen… Solo faltaba disfrutar del partido.
Empezó la final y la alegría inundó el salón. Cada pase, cada parada, cada ocasión de gol… eran motivos de celebración y de nervios. Los segundos corrían, España jugaba bien, pero no marcaba. El júbilo se fue transformando en tensión con cada balón perdido. Casillas para un mano a mano a Robben y provoca más de un ataque cardiaco. Y entonces pasó, lo recuerdo perfectamente. Minuto 116, el salón se quedó en silencio, incluso el amigo chillón de mi padre se quedó sin palabras: Iniesta había marcado.
Al igual que esa niña de nueve años, millones de españoles salieron a las calles para celebrar el gol que les convertía en campeones del mundo. Las calles se llenaron de banderas y cánticos, bailes y saltos de felicidad. Todavía al pensarlo se me ponen los pelos de punta. La Copa era nuestra. ¡España era campeona del mundo por primera vez en la historia del fútbol!
Ahora, 10 años después, España vuelve a enfrentarse cara a cara con la Naranja Mecánica. La selección dirigida por Luis Enrique intentará ganar esta noche a Holanda en el Amsterdam Arena. Recrear la historia diez años después, pero esta vez sin Iniesta.