Darussafaka (2016/17), Anadolu Efes (2014/15), Olympiacos (2013/14) y Valencia (2010/11) han sido playoffs con un denominador en común: el Real Madrid ganó en la misma situación que se encuentra ante el Panathinaikos. Está a 40 minutos de disputar su quinta Final Four en seis años, sexta en ocho, y es el dominador de esta década junto al CSKA de Moscú. Para ello, deberá ganar por tercera vez consecutiva a los de Xavi Pascual y no es tarea fácil. Pero el factor Palacio se les atraganta a los griegos, que encadenan cuatro derrotas en sus últimas visitas.
Para contrarrestar la exigencia física y la dureza del Panathinaikos solo hay un camino: ser un equipo como en el segundo y tercer encuentro, con todos aportando en la victoria. Ocho jugadores promedian entre 7 y 13 puntos en el playoff, con Carroll siendo el máximo anotador en los dos triunfos con 17 puntos en cada uno de ellos. Pero igual de decisivos son los intangibles de Rudy, los arranques de Taylor, la influencia de Doncic, la defensa de Causeur o la contundencia de Ayón en la pintura. Y ahora con una nueva amenaza: Llull está de vuelta. El menorquín regresó a lo grande (ocho puntos en el último cuarto) y su presencia va más allá de los números.
Panathinaikos
Contra las cuerdas, los griegos pueden ser aún más peligrosos. James y Calathes (21,7 y 18 de valoración respectivamente) son los líderes de un equipo de enorme calidad individual, muy agresivo en ambas canastas, y con amenazas en el triple. Antetokounmpo, Gist, Singleton y Payne conforman un gran grupo de atletas ante los que el Real Madrid tendrá que replicar con su misma medicina.