Redacción: Rocío García
Como los nuevos coches SUV, Isco se ha convertido en un todocaminos.
Se atreve con todo; pelea, asiste, corre, defiende, ataca, marca…Y además, lo hace con un gusto exquisito.
Hoy ha sido el mejor sobre el terreno de juego, ha aparecido en todas las zonas del campo y ya no es el jugador intermitente que llegó hace unos años, que nos deleitaba con destellos de calidad. Ahora es el futbolista con más peso en las transiciones del equipo blanco, con implicación y entrega, y una magia suprema a la altura de los pocos elegidos…De esos destinados a ser el ojito derecho del Bernabéu.
Hoy por hoy, nadie imagina un Real Madrid sin el malagueño como director de orquesta.