Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla-Abel Alaminos-Pedro Cánovas/ LaNocheDelDeporteEspañolTV-deporteolímpico.net-blogolímpico.com / Imágenes: Nevasport.com
En el caso de los deportes de Invierno, España tiene que esperar hasta los años 70, curiosamente, el conflictivo año 1972 del Contubernio de Múnich, en contra del Franquismo y una España que agonizaba sus últimos años de dictadura y que va de sobresalto en sobresalto, primero con las duras penas de muerte finalmente conmutadas a los terroristas de ETA en el famoso Juicio de Burgos (1970) y el asesinado del presidente del gobierno, Almirante Carrero Blanco, en 1973 por la banda terrorista ETA en la calle Claudio Coello de Madrid, curiosamente, a 200 metros de la embajada americana.
Entre estos dos acontecimientos, España tocará la gloria en Esquí y sumará gracias al gran Paquito Fernández Ochoa, su primera medalla en unos Juegos Olímpicos de Invierno, en concreto, en Sapporo 1972, ciudad situada al norte de Japón.
Criados en Cercedilla, en concreto, en el chalecito del Club Alpino Español donde su padre, cuidaba la casa de Luis y Pepe Arias, experimentados deportistas en el bello arte del Esquí, Paquito y Blanca crecen y son ahijados de ambos deportistas aprendiendo de ellos, todo lo referente este deporte.
De hecho, tanto Paquito como Blanca son bastante precoces en este arte, no en vano, Paquito es campeón de España con 13 años y con 17 comienza a participar en una Copa del Mundo.
Antes del éxito, sin precedentes en el esquí español, de Sapporo 1972, Paquito participará en la olimpiada de Grenoble aprendiendo de esas caídas sufridas sobre la nieve y el hielo.
Lógicamente, sin el cartel de favoritos a medalla, Paquito sorprende al mundo entero y a una España que de madrugada dormía y no prestaba atención a esas olimpiadas de Invierno logrando hacer frente a las 71 puertas en la prueba Gigante del Eslalón y sumar un tiempo de 55,36, por delante de los Thoeni, Bachleda, Duvillard, Palmer, Hang, Augert o Brugmann. Sólo Gustavo Thoeni, con un tiempo de 56,49, se aproxima a una enorme marca lograda en la primera manga por Paquito.
Al margen del éxito de bajar en ese tiempo, la medalla de Oro comienza a fraguarse en la decisión del entrenador de Paquito, Bernard Fabre que durante dos horas lo aísla del mundo, lo refugia en la cima e impide que Paquito conozca la repercusión que ha causado no sólo en Sapporo sino en una España que esta vez sí, estará pendiente de una segunda vuelta donde un español puede ganar una medalla olímpica y no en vano, va primero en la clasificación.
Dos horas más tarde y al quedar clasificado en primer lugar, Paquito debe salir el último, para bien, conociendo el tiempo de sus rivales y para mal, en una pista ya machacada por todos los protagonistas.
Lógicamente, no iba a ser fácil ganar una medalla y menos de ORO y Gustavo Thoeni logra un tiempo de 53,59 que a la espera de Paquito lo deja por delante del español. Su primo, Rolando, se queda cerca pero finalmente sólo puede ser quinto.
Llega la hora de la verdad para Fernández Ochoa que arriesga el todo por el todo, quizás porque no tenía nada que perder y ya había hecho historia, pasase lo que pasase.
Paquito arriesga y casi, a mitad de carrera, va al suelo. España contiende la respiración y Fernández Ochoa logra restablecerse y con tiempo de 53,91 sumado al anterior hace un tiempo de 1:49,27, el español afincado en Cercedilla es de ORO, primera medalla para España en una olimpiada de invierno.
El Pardo, La Zarzuela y la Prensa reciben a Paquito como un auténtico héroe logrando hacerse hueco entre el fútbol, ciclismo y boxeo, los deportes top en la época franquista (poco ha cambiado en los más de cuarenta años de posterior democracia).
Bronce mundialista y en la Copa del Mundo y una estatua en Cercedilla desde 2006, año en que nos dejó tras una cruenta enfermedad, Paquito al igual que su hermana Blanca, también tristemente desaparecida, se encuentra en el corazón de todos los españoles y en especial, de todos los amantes del Esquí porque todo empezó con el gran Paquito y la gran Blanca Fernández Ochoa, al igual que su hermano, medallista olímpica, esta fue de Bronce, veinte años después, en el mejor año del olimpismo español, 1992.