Redacción: María Luz Domínguez
Campeón de la Copa del Rey por cuarta vez consecutiva. Campeón con todo en contra. Campeón con dos partidos definidos en la prórroga. En definitiva, campeón por calidad, experiencia y constancia, por no dar nunca un partido por perdido, por luchar cada balón hasta el final. Los madrileños superaron a Valencia Basket por 97 a 95 en un partido de esos donde hay que trabajar cada ataque para conseguir sumar y con un marcador decidido al final por en parte, un gran Sergio Llull, MVP, decisivo con 7 puntos en apenas un minuto.
En el primer cuarto ya se veía que el partido no iba a ser cómodo para ninguno de los dos equipos. Los de Martínez confiaban en San Emeterio y Dubljevic para dominar el ataque, Laso por su parte sacaba a Randolph de inicio y el pívot hacia unos estupendos primeros minutos, tanto en ataque donde conseguía hasta diez puntos, como en defensa donde demostraba porque es el mejor taponador de la Liga Endesa. El Madrid dominaba el marcador al final del primer cuarto. (22-16). En el segundo periodo los del Valencia dominaban la anotación desde la línea de triples. El Madrid no estaba en sus mejores minutos y Valencia se acercaba peligrosamente con un parcial de 7-15. Un palmeo de San Emeterio sobre la bocina dejaba el marcador ajustado al descanso (47-45 min 20.)
Tras el parón Dubljevic dominaba la anotación en la zona blanca, pero Ayón daba respuesta de la misma manera. La intensidad de la defensa madridista subió y provocó pérdidas que los de Laso aprovecharon para sumar hasta 7 puntos de diferencia. Paraba el partido Pedro Martínez y encontraba la reacción de los suyos especialmente con el dominio del rebote ofensivo. (74-71 min 30.). Comenzaban los últimos diez minutos, los definitivos con un Madrid dominando el marcador ante un Valencia dispuesto a luchar hasta el final. Y una vez mas Llull volvía a ser providencial, un triple del menorquín casi imposible a pocos segundos de acabar la posesión y otra canasta tras pérdida taronja daba una ventaja de 7 al Madrid a dos minutos para el final. Y de nuevo Llull anotaba otro triple y una vez mas volvía a demostrar que sabe tener la cabeza fría y el corazón caliente cuando más difícil es. Valencia no se rendía, varias acciones en la pintura y un triple de San Emeterio ajustaba el marcador (97-95) a falta de dos segundos. El Madrid sacaba de fondo y Sastre robaba el balón, los árbitros pitaban entonces un inexistente campo atrás porque Sastre tocaba el balón antes de recibir Llull. Los colegiados rectificaban tras revisar el video y daban posesión para Valencia. Pero los de Martínez ni siquiera lograron lanzar a canasta. El Madrid conquistaba su copa número 27 y volvía agrandar su leyenda.