María Luz Domínguez| Palacio de los Deportes. Madrid
El Real Madrid ha perdido en liga en casa catorce meses después, ante el Herbalife Gran Canaria por 81 a 93. Los canarios hicieron un partido serio y casi perfecto mientras que el Madrid nunca estuvo cómodo en pista y a pesar de conseguir ajustar el marcador en los minutos finales no fue capaz de dar la vuelta al resultado. Llull fue el máximo anotador de los madridistas con 28 puntos mientras que Kuric lo fue en el Herbalife con 19.
Muy frio comenzó el Madrid el encuentro ante Herbalife Gran Canaria. Las agobiantes de defensas canarias obligaban a los blancos a realizar tiros forzados que no entraban en el aro rival. Nulo también el equipo madridista desde la línea de triples, hasta ocho lanzamientos intentaba, pero ninguno anotaba. Herbalife se encontraba cómodo a nivel ofensivo donde Kuric y Planinic anotaban con facilidad y daban a su equipo una amplia ventaja al final del primer cuarto (9-23). En el segundo periodo el Madrid seguía descolocado en la pista, no encontraba el ritmo de juego, pero empezaba a apretar a los canarios. La salida a cancha de Randolph daba una leve mejoría al equipo, pero no la necesaria para dar la vuelta al marcador. Herbalife dominaba gracias su acierto desde el 6,75 con hasta un 66% de anotación. El Madrid se iba al descanso 11 puntos por debajo en el luminoso (33-44).
En el tercer cuarto el Madrid estuvo bastante mejor pero no acabó de poder dar la vuelta al marcador. Llull volvía a ser determinante para rebajar la distancia canaria anotando tres triples que dejaban a los blancos muy cerca de Herbalife. Pasecnics y Salin seguían haciendo mucho daño desde la pintura y los canarios se iban con 6 de ventaja a falta de los últimos diez minutos de encuentro. (58-64). Intercambio de canastas entre los dos equipos al principio del último cuarto. Mucha intensidad de juego, pero poco acertado el conjunto de Laso a medida que el tiempo disminuía. Los triples de Carroll eran respondidos por Kuric y Herbalife gestionaba bien la diferencia para llevarse la victoria en la cancha blanca.