María Luz Domínguez – Palacio de los Deportes (Madrid)
Si hay un partido legendario en Euroliga ese es el que enfrenta cada temporada al Real Madrid y al Maccabi de Tel Aviv. El Palacio fue escenario del choque en el que el Madrid se llevó la victoria por 80 a 75. Los madridistas no tuvieron su mejor día pero liderados por un estelar Doncic (32 de valoración) dieron la vuelta al marcador en el último cuarto.
Desde el primer minuto se vio a dos equipos metidos en el partido con órdenes claras de sus coachs dirigidas a frenar las transiciones rivales. El Madrid empezaba muy concentrado en defensa lo que propició robos de balón que no fueron del todo aprovechados en ataque. Maccabi con un destacado Goudelock dominaba el marcador y se iba por delante al final del primer cuarto (16-21). En el segundo periodo la salida a cancha de Rudy y Doncic hizo despertar al Madrid con un buen parcial de 7-0. Maccabi no se rendía y conseguía frenar a los de Laso dominando el rebote ofensivo (hasta 9 conseguirían en la primera parte). El resultado al descanso era ajustadísimo (37-36).
En el tercer periodo el Madrid entró en una dinámica de imprecisiones, con pérdidas de balón y malos pases que llevó al Maccabi a disputar sus mejores minutos en cancha. Los de Israel hacían buenas circulaciones de balón creando espacios que facilitaban los triples de Rudd y Miller. El Maccabi llegó a tener hasta diez puntos de ventaja a mitad del cuarto. Los madridistas sabían de la importancia de no dejar escapar al Maccabi y mejoraban en ataque. Un buen parcial de 10 a 3 al final del cuarto dejaba el marcador en un ajustado 53 a 56. En los últimos diez minutos de partido podía pasar cualquier cosa. El Madrid salió enchufado y fue de menos a más. Ayón aprovechaba las asistencias de sus compañeros para anotar fácil en la pintura, después los triples de Llull daban al Madrid un parcial de 8 a 2. Maccabi, que al principio del cuarto se centró mucho en tiros exteriores errando los lanzamientos, empezó después a conseguir anotar en la zona llegando a ponerse a dos puntos a pocos minutos del final. Un extraordinario Doncic leía perfectamente cada jugada y ponía la pausa que el Madrid necesitaba para llevarse la victoria. El mate de Ayón tras rebote daba a los blancos la victoria en un partido raro donde los madridistas no encontraron su juego hasta el último cuarto. (80-75)