Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla-Abel Alaminos-Pedro Cánovas/LaNocheDelDeporteEspañolTV-deporteolímpico.net-blogolímpico.com Imágenes: El Norte de Castilla
Cuatro años después de la medalla lograda por el equipo español de Hípica en Londres 1948, España vuelve a conquistar otra medalla de Plata, la medalla más repetida por el olimpismo español, al menos hasta Barcelona 1992.
En esta ocasión, la medalla llega de manos de un Inspector de Policía, Ángel León Gonzalo y lógicamente, de un deporte relacionado con su profesión, Tiro Olímpico y en concreto, Pistola de 50 metros.
Tras ser sexto en Londres 1948 y lograr ser campeón del mundo en 1951, la olimpiada de Helsinki se presenta para nuestro inspector como una ocasión única, no sólo para ser medalla sino para hacer sonar el himno español en lo más alto del podio de las preseas.
Sin embargo, la desgraciada se ceba con el tirador español que en unos entrenamientos previos ve como su arma se avería y casi sin tiempo, encuentra otra arma, eso sí, más ligera y con una empuñadura que no termina de adaptarse a su mano.
A pesar de todo, sólo el estadounidense Benner, sargento del ejército norteamericano logra superar a León Gonzalo logrando eso sí, el mérito de ganar al húngaro Balogh y en una España que peleaba contra el comunismo y la orda roja soviética, a Veinstein y Marzatov, doble triunfo en una España de Franco que comenzaba a hacer un guiño a los americanos, arrinconar a la Falange y a ser un camaleónico sistema apoyado en el cristianismo y en la lucha contra el comunismo logrando el gran objetivo, captar la atención de los norteamericanos que en plena Guerra Fría ven a España como un enclave estratégico para luchar contra el comunismo.
En cuanto a nuestro Inspector, Ángel Gonzalo tuvo esperanzas de volver a ser olímpico y lograr un más que merecido Oro en Melbourne 1956, sin embargo, otra vez, la fatalidad se ceba con el tirador español que 24 horas antes de partir a la capital australiana ve como España toma la decisión de no acudir a los mencionados Juegos Olímpicos como protesta por la invasión perpetrada por la URSS sobre Hungría imponiéndose la política al deporte e impidieron a deportistas como el propio Ángel León Gonzalo, Miguel De la Cuadra Salcedo o Joaquín Blume acudir a unas olimpiadas donde España podría hacer historia y lograr tres medallas, hubiera sido su mejor participación hasta el momento, en la competición olímpica.