56ª MEDALLA (Atlanta 1996). ORO en Vela Femenina (470). THERESA ZABELL Y EL 470 FEMENINO HACEN DOBLETE OLÍMPICO

Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla-Abel Alaminos-Pedro Cánovas/LaNocheDelDeporteEspañolTV-deporteolímpico.net-blogolímpico.com / Imágenes: LA LIGA SPORTS

El 470 femenino lograría dos medallas de Oro Olímpicas consecutivas en Barcelona 1992 y Atlanta 96, ambas con Theresa Zabell, como tripulante y gran líder de la embarcación.

De hecho, Zabell que fue Oro en Barcelona 92 junto a Patricia Guerra cambió de compañera para el ciclo olímpico de Atlanta 96 eligiendo a Begoña Vía-Dufresne, hermana de Natalia, la benjamína que también fue medalla en Barcelona 92, como compañera de a bordo y los resultados siguieron siendo positivos.

Dos Mundiales en 1995 y 1996, campeonas de Europa, de los Juegos Mediterráneos y de las exigentes pruebas de nivel como las Semanas de Kiel y Roma, las españolas llegaron a la caótica Isla de Savannah como grandes favoritas al Oro.

Sin embargo, las condiciones que se encontraron en Atlanta 96 no pudieron ser peores. La primera con un fuerte Huracán Bertha que casi arrasa la Villa Olímpica, la segunda, un problema con la Federación que no quiso conceder el pasaporte a su entrenador y pareja, de Theresa Zabell, Manolo Camacho, poniéndose la propia Zabell en rebeldía con el mandatario federativo, Jan Santana.

A pesar de todo y de una pequeña lesión en el nombre, Zabell y Vía-Dufresne sólo pensaron en el Oro, un Oro que no iba a ser sencillo.

Una cuarta plaza en el debut pero fueron remontando y una sexta posición en la tabla las hacía albergar esperanzas de éxito aunque no contaban con la persecución de los jueces como por ejemplo, llevar contrapesos ilegales que no eran otros que una botella de agua de medio litro colgada a la espalda y de la que bebían con un tubo o una vela rota y una de recambio que eso sí, los famosos jueces lo permitieron.

Con el podio y eso que los elementos que se encontraron no podían ser peores, tenían asegurado el podio a falta de dos regatas pero ellas quería el Oro entre otras razones porque eran las mejores de la especialidad.

Ganaron la penúltima regata y obligaron a Japón, sus grandes rivales, a sacarlas cinco puestos de diferencia para arrebarlas un Oro pero el marcaje de las españoles fue atroz y las niponas no tuvieron ninguna opción.

Brindis final, saltos de alegría y lágrimas de emoción e incluso los directivos de siempre sumándose al carro siempre en las buenas y nunca en las malas. Así, Jan Santana brindó con ellas intentándose colgarse una medalla que para nada le correspondía ya que el sufrido Oro en el talismán 470 tenía nombre y apellidos, Theresa de Oro Zabell y Begoña Vía-Dufresne.

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