Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla-Abel Alaminos-Pedro Cánovas/LaNocheDelDeporteEspañolTV-deporteolímpico.net-blogolímpico.com/ Imágenes:
El domingo 9 de Agosto de 1992 finalizaron los mejores Juegos Olímpicos de la historia, al menos hasta 1992 y al menos donde hemos competido, unas olimpiadas irrepetibles para nuestro país que desde entonces no ha logrado igualar las 22 medallas, 13 de ellas de Oro que nos apuparon al sexto puesto del medallero.
De esas 22 medallas, 7 de ellas fueron de Plata y entre esas medallas de Plata estaba la conseguida por el equipo masculino de Waterpolo y que llegaba a Barcelona 92 con el firme deseo de hacer algo muy grande, algo similar a lo de los chicos del fútbol, no en vano, en Waterpolo y aunque España había sido cuarta en Moscú 1980 y Los Ángeles 1984, a nivel de campeonatos de Europa y del Mundo, el palmarés del equipo español era casi envidiable:
Bronce en el Europeo 1983, Plata en la Copa del Mundo 1985, Plata en los Juegos Mediterráneos 1983 y 1987, subcampeones del Mundo en 1991 y subcampeones de Europa 1991.
Además, el mejor jugador del mundo, Manel Estiarte y máximo goleador del torneo con sólo 18 años en Moscú 1980, jugaba en Italia, en concreto, en el Pescara pero un año antes fichó por el C.N. Barcelona para estar más que aclimatado a las condiciones de Barcelona. Además, el entrenador croata, Dragan Matutinovic, era más que estricto y prácticamente, exigía la medalla y a ser posible la de Oro.
Con todos ingredientes y la mayoría de los jugadores catalanes de nacimiento y jugando en clubes de Barcelona, lógicamente, la cuna del Waterpolo está en Cataluña, Barcelona 1992 era su momento y nada podía fallar.
Y de hecho, España arrancó como un torbellino ganando en primera fase a Holanda (12-6), Grecia (11-6) y Hungría (8-5).
Posteriormente, partidazo ante Italia que finalizó con (9-9) y la sensación de que italianos y españoles se jugarían la medalla de Oro, una premonición que fue cobrando fuerza a lo largo del torneo y al final se convirtió en realidad aquella tarde del 9 de Agosto de 1992.
Antes España derrotaba a Cuba por (12-10) y se metía en semifinales y a España le tocó USA, en ausencia de Yugoslavia, campeona del Mundo en 1991 y gran ausente en Barcelona 1992 por el terrible conflicto que asoló a su país, la Guerra de los Balcanes, USA era el gran rival a batir.
¡Y se ganó!, (6-4) mientras que Italia derrotaba al Equipo Unificado por (9-8) y se plantó en la final ante España con la piscina Picornell como gran testigo de una final histórica, la mejor de la historia del Waterpolo y por supuesto, de los Juegos Olímpicos.
España, muy nerviosa y consciente de su favoritismo como anfitriona y de tener mucho más que perder que ganar en dicha final, siempre fue a remolque de los italianos, primero con un (1-4) y luego con un (3-6), demasiada desventaja en un deporte como el Waterpolo.
Sin embargo, el coraje de los españoles fue imborrable y prácticamente irrepetible en una final de este calibre. España logró finalizar el partido con empate a 7 y trasladar la prórroga, hubo varias, la resolución final de la medalla de Oro.
De hecho, España la tuvo cerca y tras ir ganando (8-7), sólo cuatro segundos nos restan del Oro, un gol de Italia y empate a 8 y segunda prórroga.
Y en esa segunda prórroga, no hay gol y se va a una tercera prórroga, algo sin precedentes en la historia de este deporte.
Tercera prórroga, Italia golpea a 32 segundos del final (8-9) y España está casi derrotada pero los españoles aún morirían en la orilla, un ataque de Estiarte provoca que el balón le llegue a Miki Oca que estrella el balón en el larguero, una madera que impide un Oro que hubiera sido glorioso y una Plata amarga, al menos en ese momento pero enormemente valiosa y que llevó aparejada unas lágrimas de tristeza, una Plata Amarga (Parte I) que esa misma tarde en el vestuario fueron de conjura y se tornarían en lágrimas de alegría , El Oro más deseado ( Parte II), cuatro años más tarde y con un entrenador español en el banquillo, Joan Jané y lógicamente no con Matutinovic en el equipo, una España que ganaría el Oro Olímpico en Atlanta 1996 y que recibiría dicho metal del presidente del COI, Juan Antonio Samaranch.