Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla-Abel Alaminos-Pedro Cánovas/ LaNocheDelDeporteEspañolTV-deporteolímpico.net-blogolímpico.com/ Imágenes: La Verdad
Lógicamente, en la mejor olimpiada que firmó España, la olimpiada de Barcelona 92 con 22 medallas y 13 de ellas de Oro, no podían faltar los éxitos de la Vela y entre esos éxitos de un deporte olímpico asociado al éxito de España en dichas olimpiadas, la modalidad de 470 masculino estaba cuasi obligado a conquistar metal y no sólo eso, sino el metal dorado.
Medalla de Oro en 1976 con Gorostegui-Millet, la primera medalla lograda en la Transición Democrática y medalla de Oro en Los Ángeles 1984 con Luis Doreste-Roberto Molina, la primera medalla del hermano menor de Josele, la primera de las dos que lograría (la otra, la comentada de ORO en Barcelona 92 junto a Domingo Manrique), el 470 masculino llevaba como gran favorito al Oro olímpico de Barcelona, no en vano, la pareja formada por Jordi Calafat y Kiko Sánchez Luna habían logrado dos subcampeonatos del Mundo en 1989 y 1990 y en 1992, en los Europeos de Rota, los españoles fueron campeones continentales.
Con enorme expectación fue seguida la competición e incluso, hasta TVE dio en directo la sexta regata que teóricamente iba a coronar a la pareja española como campeona olímpica tras firmar tres triunfos en las seis primeras, entre ellas, la del debut.
Sin embargo, en la mencionada sexta regata, los españoles se quedaron sin viento, casi al final y el Oro se hizo esperar hasta la última regata y hasta el último momento.
Prácticamente, el Oro estaba asegurado antes de comenzar dado que la pareja española tendrían que perder hasta 19 posiciones para perder el metal dorado a mano de la pareja estadounidense, Reeser y Durham y casi sucede lo que parecía imposible perdiendo 18 posiciones y quedándose a una sóla de perder un Oro que parecían tener asegurado.
Finalmente, se lanzaron al agua y celebraron, ahora sí, por todo lo alto, un Oro confirmado con anterioridad pero sufrido hasta el final.