La victoria efímera: NIKE

Para mí, SABIDURÍA ES SABER DISTINGUIR LO REALMENTE VALIOSO, de aquello que no lo es tanto.

Primero supongo que habrá que averiguar dónde esconde el mundo las cosas verdaderamente valiosas y después podremos, o no, esforzarnos por conseguirlas y disfrutar de ellas.

Emilio me dijo muchas cosas y una de ellas es que la victoria es efímera.

Me acordé entonces de que a la diosa de la victoria se la representa con unas alas en las espalda. Y es precisamente porque la victoria viene volando y se va volando.

Oímos el nombre de esta diosa cada día muchas veces pero es difícil recordar que la victoria se irá volando en cuanto llegue. Su nombre es Nike. Pero no creo que la marca de ropa que toma su nombre insista en el hecho de que la victoria es efímera y de que nada tiene que ver con la sabiduría ni los tesoros de valor incalculable. Quizá sea porque tener que pagar la hipoteca hace que nos interesemos más por los tesoros de valor calculable..

¿Qué tienen que ver Butragueño o la diosa Nike con el fútbol?: muchísimo.

Ayer el Real Madrid ganó al Almería 0-5.

Y ayer todos estábamos contentos. Pero hoy volvemos al punto cero.

Hoy cualquier aficionado sabe que esos 3 puntos son historia y que lo importante es pensar en el partido de esta semana de Champions.

Da igual lo bien que lo hicieran los jugadores ayer. El martes serán puestos a prueba de nuevo. Y así cada día, cada semana…

Gracias a Dios, no sólo la victoria es efímera. También la derrota lo es.

Y por suerte, ni la derrota-efímera ni la victoria-efímera tienen nada que ver con la paz duradera fruto de la satisfacción que produce tener entre las manos algo realmente valioso.

Lo que nos dará paz al anochecer no será tener un balón de oro en la repisa sino tener un recuerdo mágico (incomprable) en el corazón.

EL AGRADECIMIENTO de esta semana es para Emilio Butragueño por recibir y ser tan amable con esta bloguera novata, que trata de que CULTURA Y DEPORTE se den la mano y nos ayuden a encontrar lo realmente valioso.

LA FELICITACIÓN  es para Irene Vázquez. Una madre de familia trabajadora que ha fallecido esta semana después de dar a luz a su 5º hijo. ¿Por qué la felicito?: porque siendo muy bella no miraba con frivolidad ni altivez. Irene miraba a todos como algo valioso. Miraba el trabajo y el mundo como un tesoro, y hablaba con cada persona como con alguien más de la familia. Vivió llena de sabiduría y ha llegado al cielo con las manos llenas de amor, pasión, amigos, y esfuerzos. Ahora disfruta de la paz del cielo. De dormir con «la repisa» llena de recuerdos mágicos, a la espera de despertarse y poder abrazar de nuevo a sus hijos.

Esta semana no os recomiendo un libro sino una PELÍCULA a propósito de lo efímero y lo valioso: “Un pedazo de cielo”.