Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla-Abel Alaminos-Pedro Cánovas/LaNocheDelDeporteEspañolTV-deporteolímpico.net-blogolímpico.com / Imágenes: El Mundo
La saga de los Doreste siempre está ligada a éxitos ya sea en campeonatos de Europa, campeonatos del Mundo o Juegos Olímpicos.
Tras el Oro de su hermano Luis Doreste junto a Roberto Molina en 470, Josele que se quedó a las puertas en Los Ángeles 1984 y que ya había disputado varias olimpiadas tenía un palmarés envidiable, campeón del Mundo en 1982 y 1983 junto a su infatigable compañero Toño Gorostegui en la clase Star, campeón de Europa también en la mencionada clase Star en 1982, Oro en los Juegos del Mediterráneo en Finn en 1979 y campeón del Mundo en Finn en 1987.
Evidentemente, a ese palmarés le faltaba refrendarlo con una medalla olímpica (idéntica situación a la que nos ocurre ahora de cara a los JJOO Tokio 2020, con una España que en el siglo XXI vive su siglo de ORO en el deporte como ha confirmado en Europeos y Mundiales y que falta por refrendar en unos Juegos Olímpicos tras el lejano ya éxito de Barcelona 1992).
Volviendo al bueno de Josele, el experimentado navegante contaba entre los favoritos, en un barco que no era fácil de manejar, no en vano, pesaba más de 100 kilos.
Sin embargo, se sabía que era el gran momento del hermano mayor de una saga de ganadores, los Doreste. Tuvo un contratiempo, eso sí, una carrilera del barco se averió y el propio Josele lo reparó. Los resultados no fueron nada malos, 7º-3º-1º metiéndose en la pomada por los metales.
Los problemas volviendo a aparecer, por culpa de una injusta reclamación que además, fructífero, del representante de las Islas Vírgenes alegando que en la última regata donde Josele fue segundo, una maniobra del español lo obstruyó algo totalmente falso ya que como indicó Doreste fue al revés.
Sea como fuera, Josele fue descalificado de dicha regata y del tercer puesto cayó al sexto complicado no sólo el Oro sino ya las medallas.
El español se rehízo y fue tercero y cuarto en las dos siguientes regatas y otra vez la caza de brujas apareció con la queja del representante alemán que esta vez sí, no prosperó a lo que se añadieron una mala jornada de los regatistas que iban por delante suyo.
Josele se acercaba a las medallas y en la última regata demostró que a pesar de los impedimentos era todo un gran campeón. Llegó a volcar en dos ocasiones, enderezar el barco y a pesar de ser quinto y tener medalla asegurada necesitaba dos posiciones más para entrar tercero y ser campeón olímpico.
En menos de cuatro millas y aprovechando cada ráfaga de viento a favor remontar dos posiciones y ser campeón olímpico siendo curiosamente, Plata, Holmberg, representante de las Islas Vírgenes y que tanto perjudicó con su injusta reclamación a Josele mientras que el Bronce fue para el neozelandés John Cuttler.
Por fín, con 32 años y tras muchos obstáculos en el camino, Josele Doreste, el mayor de la saga, tenía su merecida medalla olímpica, lógicamente, de ORO.