Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla-Abel Alaminos-Pedro Cánovas/LaNocheDelDeporteEspañolTV-deporteolimpico.net-blogolimpico.com/ Imágenes: RTVE-Letrame Editorial
Si todas las medallas conquistadas por España en Río 2016 fueron emocionantes y en el caso de los Oros, de alegría desatada, la medalla más emocionante de todas, quizás por ser a media tarde en España y un viernes, a esas horas, menos laborable para muchos españoles, podría decirse que era la de Carolina Marín en bádminton, en una final olímpica, su primera final en unos Juegos Olímpicos para una auténtica pionera, no sólo en España sino en Europa en un deporte, el bádminton, monopolizado en el mundo asiático, tailandesas, coreanas del Norte y del Sur y Chinas, nacionalista y la China Taipei.
Tal y como relatamos en www.latribunamadridista.com, desde Kazán, ciudad europea donde en 2014, nuestra andaluza se coronó campeona de Europa pasando por Yakarta, donde un año antes de Río 2016, Marín lograba coronarse mundialmente a Río 2016, Carolina lograba una triple corona que suponen la coronación de una deportista irrepetible, fans de Rafa Nadal, el mejor deportista español de todos los tiempos que parece reencarnado en la española.
Y es que al igual que Rafa cuando conquistó con sólo 19 años, Roland Garros en 2005 y con 22 logró ser campeón olímpico en Pekín 2008, la onubense con sólo 23 años tocó la cima deportiva y aún tiene al menos por delante, años para lograr, entre muchos otros logros, ganar otra medalla olímpica (París 2024 ya que por una inoportuna lesión, Caro no estará en Tokio 2020).
En cuanto al torneo propiamente dicho, Carolina Marín se plantó en la final ganando a todas sus rivales por (2-0), sin ceder ni un solo set incluida la semifinal ante la china Li Xueri, campeona olímpica en Londres 2012 quedándose a las puertas del Oro por culpa de la española.
Sin embargo, la india Sindhu Pusarla, si logró poner emoción a la final y ganar a Carolina el primer set de la final (19-21), eso sí, tras lapidar la española una ventaja de (19-16) encajando un parcial de (0-5).
A pesar de no tener ya margen de error, Carolina al igual que Mireia, Maialen, Saúl Craviotto-Cristian Toro o Nadal-López, el ADN español, sufrir y pelear hasta el final, remontando la final y logrando la medalla de Oro que sabe incluso mejor cuando se sufre, aún más.
La segunda manga fue para Carolina por (21-16) empatando el partido y jugándose, nada más y nada menos que una medalla de Oro en el último set. Un último set que fue más que emocionante y muy igualado, empatando ambas a 10 momento en el que Carolina puso la directa hacia el Oro olímpico, un Oro olímpico que conquistó en la segunda bola de las seis que tuvo para ganar el metal dorado por (21-15).
Y si los juegos olímpicos son lo que son es por momentos inolvidables, momentos que los españoles hemos aportado con lágrimas en ojos al conseguir nuestros objetivos y al tocar el cielo de las medallas especialmente con los metales dorados.
Como ocurrió en Barcelona 1992, con las lágrimas de Miriam Blasco, la primera medalla olímpica para España en judo que además fue de Oro, una Miriam que un mes antes de los juegos recibió un auténtico varapalo, un golpe de los que por desgracia, te da la vida y no tienen solución, la muerte en accidente de moto de su entrenador, una moto que ella mismo le había regalado. Unas lágrimas de Miriam Blasco en el mismo tatami, entre saltos, eso sí, quitándose un peso de encima, ganar el Oro para su entrenador, Sergio Cardell que desde el cielo ayudó y empujó a Miriam para conseguirla.
Lágrimas que también se repitieron en Atlanta 1996 con Tania Lamarca, una de las componentes de la gimnasia rítmica española, oro en dichos Juegos y que daría incluso para escribir un libro, -Lágrimas por una Medalla-, bonito libro que relata el sufrimiento y el esfuerzo durante dos años antes para ganar ese metal dorado.
Unas lágrimas de emoción que ocurrieron en el pódium donde Carolina Marín era Oro en bádminton y de sus ojos brotaban lágrimas de emoción al escuchar el himno español, unas lágrimas que encandilaron un poco más a los españoles que ya tienen en ésta obulense de 23 años a una auténtica ídolo.
“Lo primero que quiero hacer es agradecer a todo mi equipo, esta medalla es más suya que mía, sin ellos yo no hubiera podido lograr esto, a cada una de las personas que me han apoyado para que jugara a bádminton, a España, a Huelva, a mi padre, a mi chico y a mi abuela, que la quiero”, expresó una más que emocionada Carolina a los micrófonos de TVE.