NOCHE INOLVIDABLE Y AVISO AL BARÇA

Crónica-Redacción:Noelia Pinto Cervero-Estadio de Anfield-LaTribunaMadridista

El Real Madrid mandó un mensaje al FC Barcelona de cara al ‘clásico’ liguero del próximo sábado tras golear, sin piedad ni condescendencia, al Liverpool (0-3) en lo que fue un golpe de autoridad del conjunto merengue, resolutivo, práctico y embaucador gracias a la presencia de Isco en el once titular, uno de los más destacados.
Los blancos, que nunca habían marcado en Anfield, dieron un puñetazo encima de la mesa en uno de los templos del fútbol continental. Un triunfo, además, que deja a los de Ancelotti virtualmente clasificados para los octavos de final, así como ‘atado’ el primer puesto del grupo B de la Liga de Campeones.
No hubo dudas en los blancos, que salieron con una excelente versión de James Rodríguez –cada vez más metido en la dinámica– y de Benzema, otra vez ejerciendo de pieza fundamental para enhebrar las arrancadas de Cristiano y el talento del centro del campo. Ahí nacio el primero, obra del portugués.

El de Madeira aprovechó un pase delicioso de James, al que no llegó Skrtel por un pelo, y no dejó escapar la oportunidad de marcar en un estadio que no estaba en su lista de víctimas pese a su larga estancia en la Premier League. Cristiano sonrió y adelantó a los suyos en tan insigne escenario, el mismo en el que Isco ya estaba haciendo de las suyas.
El malagueño no ha costado 80 millones de euros y su proyección –a niveles de marketing– está lejos de los ‘cracks’ que identifican a su equipo. Afortundamente para los blancos y, para los amantes del fútbol, el andaluz dio una clase en Anfield aportando el sacrificio que tanto se le reclamaba semanas atrás, en las que no tenía la continuidad que sí le ha dado la lesión de Bale y las rotaciones.
En ese momento, Benzema ya se había sumado a la fiesta con un doblete, el primero que le hacía nadie al Liverpool en su feudo –en menos de media hora– en la máxima competición continental. El francés, primero de cabeza, y luego tras un rechace, demostró su calidad, su buen posicionamiento en el campo y sus ganas por seguir demostrando su titularidad pese a los goles del siempre preparado ‘Chicharito’.
EL LIVERPOOL NI SE INMUTA.
Con el colchón que daban los tres goles, el Real Madrid arrancó la hoja del calendario y comenzó a pensar en el Barcelona. Casillas sacó una mano milagrosa a dos minutos para el descanso –el día que igualó a Xavi como jugador con más partidos en la competición [143]– y Ancelotti empezó a idear sus cambios en vistas a lo que ocurrirá al sábado en Liga.
Retiró a Cristiano Ronaldo a 15 minutos para el final y siguió el guión que ya marcó la noche de antes Luis Enrique. La estrella, con todos los cuidados, tras un partido que tenía todo decidido. Ni Lallana, ni Balotelli, que fue sustituido al descanso, pudieron batir a un Casillas que sólo sufrió con un lanzamiento lejano de Coutinho que fue al palo.
No hubo tiempo para más, al margen del baile de Isco –también en la segunda parte– y de los minutos para los jóvenes Nacho e Illarramendi. Se enterró aquella eliminatoria de los octavos de final de 2008-2009 (4-0), la del ‘chorreo’ del presidente Boluda, y demostró su condición de vigente campeón de Europa en lo que fue la mejor carta de presentación para el ‘clásico’ del próximo sábado.

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